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SALVADOR BORREGO


                  VALORES QUE  NO SON         Los valores -filosóficamente
                  REALIDADES  MATERIALES      hablando- no son realidades
                  materiales,  sino potencias  metafísicas capaces de  en-
                  cauzar todas las realidades tangibles. Puede decirse que,
                  a grandes rasgos, los éxitos que Hitler logró en lo econó-
                  mico tuvieron un cimiento en la esperanza que despertó.
                  Su movimiento removió las fuerzas ocultas de la volun-
                  tad, la confianza y el orgullo nacional. O sea, valores no
                  económicos, pero que repercuten en lo económico.
                     El país volvió a tener su centro de gravedad dentro de
                  sí  mismo.  Lo  que Schacht obtuvo como préstamos fue
                  bien poco,  y transitoriamente,  pues Hitler repudió ese
                  recurso contra la crisis diciendo que no quería que Ale-
                  mania "lleve una existencia de trampa por medio
                  de créditos extranjeros";  que no podía darle al pue-
                  blo la falsa ilusión de gozar de "algo que previamente
                  no hubiera creado y producido con su trabajo". Los
                  créditos, además de que implicaban una carga de inte-
                  reses,  significaban  depender políticamente  de  fuerzas
                  extrañas a la nación.
                     También se opuso a  seguir el  recurso  tan usado en
                  otros países, de "aumentar los salarios, a continuación
                        aumentar los precios, después devaluar y a conse-
                        cuencia de esto hacer un nuevo aumento de jorna-
                        les,  y entonces con  fundada  razón otro aumento
                        de precios".
                     En vez de esos engañosos calmantes, poner en jue-
                  go  todas  las  fuerzas  de  la  nación,  unificadas  y
                  orientadas en un mismo sentido. En  vez de disper-
                  sión ideológica, concentración de voluntades hacia un
                  mismo fin.  Lo que actúa sobre el hombre, alentándolo o
                  no,  es decisivo para todo,  incluso en la  economía.  En
                  este sentido ya venía convenciendo a sus seguidores des-
                  de diez años antes.
                     Como obstáculo para lograr tal cosa se hallaba la pro-
                  funda  difusión  que el  comunismo había logrado en Ale-
                  mania median!e.el pluralismo democrático, acerca del cual
                  Hitler decía··que era "la antesala del Estado marxista".



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