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104   JACQUES  VALLEE      PASAPORTE  A  MAGONIA               105

 junto  con  sus  ojos  enormes,  saltones  y  redondos,  de  color  verde  del  árbol.  Él  consiguió  mantenerlos  a  raya  tirándoles  pedacitos
 amarillento,  les  confería  aspecto  de  pescado.  La  piel  que  rodeaba  encendidos  de  papel  y  ropa,  que,  al  parecer,  consiguieron  asus-
 sus  ojos  formaba  anillos  en  vez  de  párpados.  tarles.  El  arma  principal  que  estos  seres  emplearon  contra  S.  fue
 Cuando  Johannis  se  movió,  uno  de  los  dos  seres  se  llevó  la  curiosísima.  Si  hemos  de  creer  su  informe,  el  «robot»  dejaba  caer
 mano  al  cinto.  Inmediatamente,  del  centro  de  éste  surgió  algo  así  su  «mandíbula»  inferior,  metía  entonces  su  «mano»  dentro  de  la
 como  un  rayo  y  una  nubecilla  de  vapor.  Johannis  experimentó  lo  cavidad  rectangular  así  formada,  y  entonces  emitía  una  bocanada
 que  él  describe  como  una  descarga  eléctrica  y  cayó  a  tierra,  sin-  de  humo  hacia  el  protagonista  de  esta  extraña  historia.  El  humo
 tiéndose muy  débil  e incapaz  de moverse.  Tuvo  que  apelar  a  todas  ascendía  como una  niebla, y,  al  alcanzarle,  le hacía perder el  cono-
 sus  fuerzas para  volver la  cabeza  y  observar  a  los  dos  seres,  cuan-  cimiento  por  algún  tiempo.  El  efecto  que  producía,  afirmó  S.,  era
 do  éstos  se alejaron. Un instante  después ya habían desaparecido .   comparable  al  de  una  súbita  privación  de  oxígeno.
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 En  1965  se  comunicó  un  caso  muy  parecido  al  de  Johannis  al  Se  hace  un  poco  difícil  creer  tan  fantástico  relato.  ¿Por  qué
 Ministerio  del  Aire  norteamericano,  e  intentamos  vanamente  que  los  extraños  seres  no  podían  trepar  al  árbol?  Admitiendo  que  sa-
 el  proyecto  Blue  Book  lo  investigase.  Finalmente,  el  caso  se  pasó  lieran  de  un  platillo  volante,  ¿qué  les  impedía  elevarse  hasta  su
 «bajo  mano»,  y  por  sugerencia  mía,  a  un  grupo  civil,  que  realizó  refugio?  Pero  también  resulta  difícil  demostrar  que  únicamente
 un  rápido  y  cuidadoso  estudio  de  la  declaración  hecha  por  el  se  trató  de  una  pesadilla.  El  testigo  no  es  un  hombre  dado  a  esta
 único  testigo,  un  tal  Mr.  S.  Los  detalles  de  su  declaración  se  en-  clase  de  fantasías,  y  cuando,  al  amanecer,  despertó  en  lo  alto
 cuentran  en  una  excelente  obra  publicada  por  los  fundadores  de  del  árbol,  al  que  aún  seguía  atado  con  su  cinturón,  todos  los  ob-
 esta  agrupación  civil,  el  matrimonio  Lorenzen ,  por  lo  que  no  es  jetos  que  había  arrojado  en  su  intento  por  librarse  de  sus  perse-
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 necesario  comentar  aquí  todas  las  circunstancias  que  rodearon  guidores  aún  estaban  esparcidos  por  el  suelo.  Además,  tenemos
 esta  observación.  No  obstante,  vale  la  pena  hacer  algunas  obser-  la  descripción  del  extraño  gas  de  efectos  tan  fulminantes  y  que
 vaciones  acerca  de  este  caso  (que  los  Lorenzen  calificaron  de  «el  desempeña  un  papel  tan  importante  en  esta  historia,  lo  mismo
 informe  más  espectacular  que  hemos  examinado»).  que  en  los  incidentes  que  se  atribuyen  a  Springheel  Jack,  el  caso
 El  incidente  tuvo  lugar  el  4  de  setiembre  de  1964,  en  las  mon-  Johannis  y  el  de  Sonny  Desvergers,  acaecido  en  agosto  de  1952.
 tañas  del  norte  de  California,  a  unos  trece  kilómetros  de  Cisco  Según  el  informe  que  redactó  el  capitán  Ruppelt,  en  el  que
 Grove.  Mr.  S.  había  estado  cazando  hasta  el  momento  en  que  se  resume  sus  investigaciones  en  Florida  el  tal  Desvergers,  un  jefe
 distanció  de  sus  compañeros  y  se  extravió.  Como  caía  la  noche,  de  boy-scouts  que  se  metió  en  un  bosque  para  investigar  una
 encendió  algunos  fuegos  para  señalar  su  posición.  extraña  luz  y  terminó  enfrentándose,  según  aseguró,  con  un  ser
 No  tardó  en  observar  una  luz  en  el  cielo,  que  tomó  por  un  horrible  que  le  miraba  desde  la  torreta  de  una  máquina  volante
 helicóptero  que  había  salido  en  su  busca.  Cuando  se  detuvo  y  distinta  a  todo  cuanto  había  visto,  se  encontró  respirando  el  mis-
 se  cernió  en  silencio  a  corta  distancia,  se  dio  cuenta  de  que  era  mo  gas  desconocido.
 un  objeto  insólito  y  decidió  trepar  a  un  corpulento  árbol  para  ob-
 servar  mejor  la  situación.  La  luz  dio  una  vuelta  alrededor  del  Paralizado  de  terror,  vio  que una  pequeña  bola  de  fuego  rojo
 árbol,  S.  vio  un  destello  y  un  objeto  negro  cayó  al  suelo.  Al  ins-  se  aproximaba  a  él.  Al  caer,  emitió  una  bruma  igualmente  roja.
 tante  siguiente  observó  que  una  figura  se  abría  paso  entre  la  es-  Soltando  la  lámpara  y  el  machete,  Desvergers  se  cubrió  la  cara
 pesura  hacia  él  y  otra  hacía  lo  propio,  procedente  de  un  punto  con  ambas  manos  y  se  desvaneció  cuando  le  envolvió  la  nube.
 algo  separado.  Ambas  figuras  se  acercaron  al  árbol  y  le  miraron.  Esto  se  halla  confirmado  por  el  memorándum  que  redactó
 El  testigo  calcula  que  tenían  algo  más  de  metro  y  medio  de  esta-  Ruppelt  con  fecha  12  de  setiembre  de  1952,  a  su  regreso  de  West
 tura,  y  vestían  un  uniforme  plateado  que  les  cubría  también  la  Palm  Beach,  y  que  nunca  ha  sido  dado  a  la  publicidad.  El  capitán
 cabeza.  Después  apareció  un  tercer  ser,  cuyo  comportamiento  era  Ruppelt  y  el  teniente  R.  M.  Olsson  iniciaron  una  encuesta  confe-
 más  propio  de  un  robot  mecánico  que  de  un  animal  o  un  hombre.  renciando  con  el  capitán  Corney,  oficial  de  Información  del  Ala
 Era  oscuro  y  tenía  dos  «ojos»  rojo  anaranjados.  En  vez  de  boca,  1707  de  la  Base  Aérea.  Esta  reunión  se  celebró  la  mañana  del  9
 mostraba  una  ranura  horizontal  que  «caía»,  abriéndose  como  la  de  setiembre.
 puerta  de  un  horno.
 Durante  los  instantes  en  que  S.  no  perdió  el  conocimiento,  los  Celebramos  una  conferencia  con  el  capitán  Corney  a  fin  de
 misteriosos  seres  apelaron  a  diversos  medios  para  hacerle  caer  determinar  si  en  este  caso  se  habían  producido  hechos  poste-
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