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 riores  que  hubiesen  escapado  al  conocimiento  de  los  dos  ofi-  Aquí  tenemos  una  confirmación  por  parte  de  los  testigos  de
 ciales  del  ATIC.  El  capitán  Corney  declaró  que,  por  lo  que  él  que  se  observaron  luces  rojas.  Éstos,  sin  embargo,  no  se  hallaban
 sabía,  no  había  ocurrido  nada  notable.  Se  le  preguntó  acerca  de  lo  bastante  cerca  de  ellas  para  experimentar  sus  efectos,  pero  es
 la  veracidad  que  había  en  las  supuestas  llamadas  telefónicas  de  interesante  observar  que  las  luces  «giraban»  y  que  siguieron  gi-
 amenaza  que  Mr.  Desvergers  había  recibido.  Contestó  que  Des-  rando  después  de  que  Desvergers  (según  su  propia  versión  de  los
 vergers  le  había  llamado  aproximadamente  hacía  quince  días
 para decirle que había estado recibiendo llamadas telefónicas  anó-  hechos)  ya  había  perdido  el  conocimiento.
 nimas  de  amenaza  mientras  trabajaba  en  la  empresa  donde  es-  También  es  interesante  observar  a  este  respecto  que,  más  de
 taba  empleado.  El  anónimo  comunicante  le  decía  a  Desvergers  un  siglo  antes,  Leroux  de  Lincy,  en  su  Livre  des  Legéndes,  dice
 que  desmintiese  su  relato,  pues  si  no  lo  hiciese,  esto  le  traería  de  los  elfos  lo  siguiente:
 malas  consecuencias.
 La  verdad  es  que  no  se  prestó  mucha  atención  a  estas  afirma-  Si un mortal  se  atreve a aproximárseles,  ellos abren  la  boca,
 ciones,  y  Ruppelt  continuó  su  encuesta  entrevistando  a  personas  y,  alcanzado  por  el  aliento  que  brota  de  ella,  el  imprudente
                   envenenado.
             muere
 que  conocían  al  jefe  de  boy-scouts,  y  especialmente  a  los  explo-
 radores que se encontraban con él en el coche cuando decidió aden-
 trarse  en  el  bosque:  El  7  de  octubre  de  1954,  Monsieur  Margaillon  vio  un  objeto
        que  se  había  posado  en  un  campo  de  Monteux,  en  Francia.  Tenía
 Ordenó  a  los  muchachos  que  fuesen  a  buscar  ayuda  si  él  no  forma  hemisférica,  con  un  diámetro  de  unos  dos  metros  y  medio.
 regresaba  antes  de  diez  minutos,  y  después  de  darles  estas  ins-  El  testigo  quedó  paralizado  durante  la  observación,  y  tuvo  que
 trucciones  se  adentró  en  el  bosque.  Los  chicos  aseguraron  que  dar  ansiosas  boqueadas,  pues  notaba  que  le  faltaba  aire.  La  sú-
 podían  ver  como  su  lámpara  eléctrica  avanzaba  en  la  espesura.  bita  falta  de aire  observada  en  el  caso  de  Cisco  Grove  es  un  rasgo
 De  aquí  en  adelante,  existe  cierta  discrepancia  en  lo  que  relatan
 los  muchachos.  bastante  frecuente  en  muchos  casos  de  aterrizaje.  Otro  rasgo  bas-
        tante  común  está  representado  por  los  extraños  ojos  de  los  pe-
        queños  seres:  de  color  rojo  anaranjado,  y  brillantes  en  la  oscu-
 El  primero  declara
        ridad.
 que  él  no  vio  la  luz  que  había  visto  Desvergers;  no  obstante,  Dos  días  después,  el  9  de  octubre,  y  también  en  Francia,  un
 poco  después,  cuando  Desvergers  salió,  hizo  su  declaración  sobre  campesino  que  circulaba  en  bicicleta  por  Lavoux  (Vienne),  frenó
 platillos  volantes  y  volvió  a  entrar  en  el  automóvil,  miró  por  la  de  pronto  al  ver  en  la  carretera  una  figurilla,  vestida  con  una
 ventanilla  y  vio  un  semicírculo  de  luces  blancas  de  unos  ocho  especie  de  «traje  de  buzo»,  que  le  enfocaba  un  doble  rayo  lumi-
 centímetros  de  diámetro  (sic),  que  descendía  hacia  los  árboles  noso.  El  humanoide,  que  parecía  llevar  «botas  sin  tacones»,  tener
 en  un  ángulo  de  45  grados.  Ninguno  de  los  otros  boy-scouts  lo  ojos  brillantísimos  y  un  pecho  muy  peludo,  llevaba  dos  «faros»
 vio.  A  continuación  afirma  que  vio  a  Desvergers  penetrar  de  superpuestos  en  la  parte  delantera  de  su  traje.
 nuevo  en  el  bosque  y  que  acto  seguido  vio  una  serie  de  luces
 rojas  en  el claro...  Así  que  vio a  las  luces  rojas,  asegura  que  vio  Nueve  días  después,  en  Fontenay-Torcy,  también en  Francia,  un
 también  como  Sonny  «se  enderezaba  muy  rígido»  y  caía.  matrimonio  afirmó haber visto  en  el  cielo  un  objeto rojo que  tenía
        forma  de  cigarro.  De  súbito  descendió  velozmente  hacia  ellos,
 Según  los  otros  dos  muchachos:  dejando  una  estela  rojiza  a  su  paso,  y  tomó  tierra  detrás  de  unos
        arbustos.  Al  llegar  a  la  cumbre  de  una  loma,  los  testigos  se  en-
 Ambos  vieron  a  Desvergers  entrar  en  el  bosque,  vieron  tam-  contraron  frente  a  un  individuo  corpulento,  de  aspecto  humano,
 bién  destellos  que  iluminaban  los  árboles,  y  luego  su  jefe  desa-  pero  que  apenas  medía  un  metro  de  estatura.  Se  tocaba  con  un
 pareció  durante  unos  segundos,  o  al  menos  desapareció  la  luz.  casco  y  sus  ojos  despedían  un  brillo  anaranjado.  Uno  de  los  tes-
 Poco  después  distinguieron  una  serie  de  luces  rojas.  Dijeron  que  tigos  se  desmayó.  Otras  cuatro  personas  vieron  como  el  objeto  en
 parecían  señales  luminosas  o  cohetes.  Las  luces  no  formaban  cuestión  cruzaba  el  cielo.  Un  tercer  grupo  de  testigos  que  se  en-
 ningún  dibujo  determinado:  unas  subían  y  otras  bajaban,  o  da-
 ban  vueltas  en  todas  direcciones.  Les  pareció  que  eran  de  seis  contraban  en  otra  población,  Sanson-la-Poterie,  vieron  alejarse  al
 a  ocho  luces  rojas  que  giraban  en  todas  direcciones.  Esta  vez  aparato  a tremenda  velocidad  en  dirección  Oeste.  La  campiña  que-
 abandonaron  el  coche  y  corrieron  en  busca  de  ayuda.  dó  iluminada  en  una  zona  de  dos  a  tres  kilómetros  de  anchura.
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