Page 80 - pasaporte a magonia jacques vallee
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        Una  noche  de  mediados  del  siglo  pasado,  un  grupo  de  muje-     ravilloso.  Descendió  cada  vez  más  hasta  convertirse  en  un  gran
     res  se  quedó  conversando  hasta  cerca  de  medianoche  a  orillas      círculo blanco  que  despedía  remolinos  y lenguas  de  fuego.  Al  caer
     del  río  Egray.  Cuando  regresaban  a  la  aldea  y  acababan  de  cruzar  a  tierra,  estos  fragmentos  ígneos  fundían  las  puntas  de  lanza  y
     un  puente,  oyeron  un  estrépito  espantoso  y  vieron  un  espectáculo  los  objetos  de  hierro,  sin  causar  el  menor  daño  a  los  seres  hu-
     que  les  heló  la  sangre  en  las  venas.  Un  objeto  que,  a  falta  de  ca-  manos  ni  a  sus  casas.
     lificativo  mejor,  denominaron  un  carro  de  ruedas  rechinantes,  as-    Con  todo,  la  morada  favorita  de  la  Buena  Gente  no  siempre
     cendía  la  colina  a  fantástica  velocidad.  Naturalmente,  tiraban  de  era  aérea.  En  muchos  cuentos  recopilados  por  los  folkloristas  y
     él  los  farfadets.  Las  aterrorizadas  mujeres  se  apiñaron  al  contem-  en  la  literatura  sobre  los  OVNIS  los  extraños  seres  salen  con  fre-
     plar  la  aparición.  Una  de  ellas,  aunque  estaba  muerta  de  miedo,  cuencia  del  mar.  Wentz  nos  ha  conservado  la  siguiente  informa-
     sacó fuerzas  de  flaqueza para hacer  el  signo  de  la  cruz.  El  extraño  ción:
     carro  saltó  sobre  un  viñedo  y  se  perdió  en  la  noche.
        Las  mujeres  regresaron  apresuradamente  a  sus  hogares  y  con-            Existe  una  isla  invisible...  entre  Innismurray  y  la  costa  que
     taron  lo  que  habían  visto  a  sus  maridos,  quienes  decidieron  inves-    se  extiende  frente  a  Grange,  en  la  que  se  supone  que  habita
                                                                                            la
                                                                                          de
     tigar.  Pero  esperaron  prudentemente  a  que  amaneciese,  y  enton-         parte tiempo. Buena  Gente.  Cuando  se  hace  visible,  sólo  lo  es  por
                                                                                    poco
     ces,  armándose  de  valor,  en  cuanto  salió  el  sol  se  dirigieron  al
     lugar  indicado.  Por  supuesto,  no  vieron  ni  encontraron  absoluta-
     mente  nada.                                                                 En  las  leyendas  europeas  abundan  los  prodigios  celestiales,  es-
        Nos  hemos  ocupado  ya  de  las  costumbres  viajeras  del  Buen      pecialmente  entre  los  siglos  VIII  y  x.  Pero  los  libros  sobre  magia
     Pueblo.  Pero  no  hemos  mencionado  la  creencia,  centrada  especial-  y  demonología  relacionan  a  los  seres  sobrenaturales  con  las  se-
     mente  en  Irlanda,  de  que  las  vicisitudes  de  los  seres  humanos   ñales  del  cielo.  En  las  Obras  Mágicas  de  Henri-Corneille  Agrippa
     dependen  de  los  viajes  de  las  hadas.  Wentz,  refiere  que,  según  le  se  describe  una  extraña  categoría  de  diablos  llamados  «demonios
     contó  John  Glynn,  amanuense  de  Tuam                                  del viernes».  Estos  diablos  son  de estatura  media,  muy agraciados,
                                                                               y  su  llegada  está  siempre  precedida  por  una  estrella  reluciente.
                                                                               Según  los  cabalistas  occidentales,  los  silfos  vuelan  por  los  aires
             En  los  años  1846  y  1847  hubo  en  Irlanda  muy  mala  cosecha
          de  patatas,  lo  cual  originó  muchos  sufrimientos.  Los  campesi-  a  la  velocidad  del  rayo,  montados  en  una  «nube  peculiar».  Vale
          nos  irlandeses  atribuyeron  el  hambre  resultante  a  trastornos  que  la  pena  observar  también  que,  en  Francia,  algunas  hadas  se  re-
           se  habían  producido  en  el  país  de  las  hadas.  El  viejo  Tedhy  presentaban  llevando  una  piedra  luminosa,  objeto  que  suele  for-
           Stead  me  explicó  las  condiciones  que  entonces  prevalecieron:  mar  parte  del  equipo  de  los  ocupantes  de  los  OVNIS.  Numero-
           «Desde  luego,  aquello  tenía  que  ocurrir,  pues  yo,  y  cientos  de  sos  «hombrecitos» han sido vistos con una luz en el cinto, el pecho
           personas  conmigo,  vieron  al  Buen  Pueblo  luchar  en  el  cielo  o  el  casco.  Según  una  tradición  francesa  que  sobrevive  en  las
           sobre  Knock  Magh y  también  hacia  Galway.»  Y  hablé  con  otros  novelas  modernas ,  el  afortunado  mortal  que  puede  hurtar  su
                                                                                                6
           que  también  afirmaban  haber  presenciado  estos  combates.       piedra  luminosa  a  las  hadas  será  feliz  por  el  resto  de  sus  días.
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         Según  otra  creencia  popular  irlandesa,  los  elfos  celebran  dos  cesa  de  Alençon,  se  produjo  una  aparición  tan  extraña  y  turba-
      grandes  festividades  anuales.  La  primera  tiene  lugar  a  princi-   dora  que  el  inspector  de  policía  Liabeuf  recibió  órdenes  de  efec-
      pios  de  primavera,  cuando  el  héroe  O'Donoghue,  que  había  rei-   tuar  una  detallada  investigación.  Transcribimos  algunos  fragmen-
      nado  sobre  la  Tierra,  se  alza  por  los  cielos  montado  en  un  ca-  tos  de  su  informe:
      ballo blanco y rodeado por el brillante séquito  de los  elfos.  ¡ Puede
      considerarse  muy  afortunado  el  irlandés  que  lo  vea  surgir  de  las      A  las  cinco  de  la  mañana  del  12  de  junio,  varios  campesinos
      profundidades  del  lago  de  Killarney!                                      distinguieron  un  enorme  globo  que  parecía  rodeado  de  llamas.
         En  enero  de  1537,  los  habitantes  de  Franconia,  entre  Paben-      De  momento,  pensaron  que  era  tal  vez  un  globo  aerostático  que
      berg  y  el  bosque  de  Turingia,  vieron  una  estrella  de  tamaño  ma-   se  había  incendiado,  pero  la  gran  velocidad  de  aquel  cuerpo  y
                                                                                   el  penetrante  silbido  que  emitía  les  intrigaron.
      Infantlles  o  Inocentes  bromas  gastadas  a  las  muchachas.  A  decir  verdad,  se  sabe  El  globo  aminoró  su  marcha,  efectuó  algunas  oscilaciones  y
      que  los  fadets  molestaban  a  las  lindas  mozas  tirando  de  sus  cofias,  ocultándoles  se  precipitó  contra  la  cumbre  de  un  altozano,  desenterrando
      las  agujas,  etc.  No  pretendo,  sin  embargo,  atribuir  el  mérito  de  todas  estas  ac-  numerosas  plantas  de  la  ladera.  El  calor  que  despedía  era  tan
      ciones  a  los  lutins.  N.  del  A.
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