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88   JACQUES  VALLEE       PASAPORTE  A  MAGONIA                 89


 con  manos  terminadas  en  garras.  Tienen  cara  de  viejo  y  ojos  hun-  creíbles.  En  el  curso  de  una  discusión  que  sostuve  con  Aimé  Mi-
 didos, pequeños  y  brillantes  como  brasas.  Su  voz  es  grave  y  cas-  chel  sobre  este  tema,  él  me  señaló  las  reacciones  negativas  que
 cada.   habían  tenido  los  hombres  de  ciencia  ante  su  análisis  de  las  ob-
 Ésta  observación  acerca  del  don  de  profecía  nos  lleva  a  con-  servaciones  francesas.  Los  científicos  argüían  que  historias  tan
 siderar  de  nuevo  la  relación  existente  entre  las  acciones  de  la  Co-  fantásticas  sólo  podían  haber  nacido  en  mentes  desquiciadas.
 munidad  Secreta y  los  asuntos  de  los  hombres.  Al observar  Wentz  «¡Pues  qué  hubieran  dicho  esos  científicos  —observó  Michel—  si
 la  existencia  de  esta  relación  en  la  poesía  antigua,  dice  que  du-  hubiese  publicado  todos  los datos!»
 rante  la  última  lucha  de  Cuchulainn,  que  fue  el  gran  héroe  del  Entre  los  casos  que  merecen  un  examen  atento,  pero  que  fue-
 Ulster  (y  favorito  de  las  sidhe  o  hadas),  uno  de  estos  seres,  lla-  ron  escamoteados  por  los  mismos  estudiosos  del  problema,  se  en-
 mado  Morrigu,  voló sobre  la  cabeza  de  Cuchulainn  mientras  éste  cuentra  la  observación  francesa  de  Nouâtre  (Indre-et-Loire),  cer-
 combatía  en  su  carro  de  guerra.  Asimismo,  las  hadas  tomaron  ca  de  Marcilly-sur-Vienne,  del  30  de  setiembre  de  1954.  Hacia  las
 parte en la batalla de Clontarf (librada  el  23  de abril  de  1014), pro-  cuatro  y  media  de  ese  día,  Georges  Gatay,  capataz  de una  brigada
 porcionando  lo  que  en  el  moderno  argot  militar  se  llama  «cober-  de  ocho  obreros  de  la  construcción,  se  alejó,  sin  darse  cuenta,  de
 tura  aérea»  a  los  irlandeses.  Antes  de  la  batalla,  un  hada  de  sexo  sus  compañeros.  Se  sentía  dominado  por  una  «curiosa  somnolen-
 femenino  se  presentó  ante  Dunlang  O'Hartigan  y  le  suplicó  que  cia»  y  de  pronto  se  preguntó  adónde  iba.  Luego,  sin  la  menor  ad-
 no  combatiese,  pues  sabía  que  perecería  en  la  lucha  (aquí  volve-  vertencia  previa,  se  encontró  frente  a  una  extrañísima  aparición.
 mos  a  encontrar  las  facultades  proféticas  de  las  hadas).  Pero  él  A  menos  de  diez  metros  de  distancia,  a  mayor  altura  que  él
 le  dijo  que  estaba  dispuesto  a  morir  por  Irlanda.  Los  dos  ejér-  en  la  pendiente,  se  alzaba  un  hombre;  llevaba  la  cabeza  cubierta
 citos  se  enfrentaron  cerca  de  Dublín:  por  un  casco  de  vidrio  opaco  provisto  de  un  visor  que  le  bajaba
       hasta  el  pecho.  Vestía  un  mono  gris  y  botas  cortas.  Sostenía  en
 Será  una  de  las  maravillas  del  día  del  Juicio  Final  relatar  una  mano  un  objeto  alargado:  «Tanto  podía  haber  sido  una  pis-
 este  tremendo  combate.  Se  levantó  un  furioso,  impetuoso,  pre-
 cipitado,  loco,  inexorable,  horrendo,  oscuro,  lancinante,  comba-  tola  como una varilla metálica.» Llevaba  en  el  pecho un  objeto que
 tivo  y  pugnaz  Badb,  que  ululaba  y  soplaba  sobre  sus  cabezas.  proyectaba  luz.  El  extraño  individuo  estaba  de  pie  frente  a  una
 Y  se  levantaron  también  los  sátiros  y  los  espíritus...  y  destruc-  enorme  y  brillante  cúpula,  que  «flotaba»  a  cosa  de  un  metro  del
 tores  demonios  del  aire y  el  firmamento,  y  las  huestes  demonía-  suelo.  Sobre  esta  cúpula  el  testigo  distinguió  unos  objetos  que
 cas  de  los  fantasmas. 15  giraban  y  que  le  parecieron  alas  o  rotores.  Entonces

 Ésta  es  sólo  una  de  las  muchas  referencias  a  las  huestes  vo-  el  extraño  personaje  desapareció  de  pronto,  y  yo  no  compren-
 lantes  de  las  hadas.  Tendremos  ocasión  de  estudiarlas  con  más  dí  cómo  lo  había  hecho,  puesto  que  no  desapareció  del  campo
 atención  en  otro  capítulo.  Pero  antes,  volvamos  a  los  OVNIS.  visual  caminando,  sino  que  se  desvaneció  como  una  imagen  bo-
 ¿Podemos  estudiar  los  actuales  informes  sobre  los  OVNIS  rrada  súbitamente.
 sin  plantear  de  nuevo  y  en  su  totalidad  el  problema  de  las  apari-  A  continuación  oí  un  fuerte  silbido  que  apagó  el  ruido  de
                                                              forma
                                               a
                                       se
 ciones?  La  mayoría  de  los  ufólogos  responden  afirmativamente  a  nuestra  excavadora;  el  platillo borró elevó  una sacudidas, de en neblina
           vertical,
                   y
                      luego
                           también
                                   se
                                                   especie
                                            en
 esta  pregunta.  Los  objetos  volantes  no  identificados  —arguyen—  azul,  como  de  milagro.
 dejan  huellas  físicas  y  se  comportan  como  sondas  espaciales.  Para
 ellos  es  evidente que  los  OVNIS  son  aparatos  científicos  que  nada  Así  que  vio  al  ser  del  objeto,  Gatay  trató  de  echar  a  correr,
 tienen  que  ver  con  el  contexto  misticorreligioso  de  las  apariciones  pero  se  encontró  inmovilizado  y  clavado  en  el  sitio.  Su  «parali-
 medievales,  y  aún  menos  con  las  criaturas  estudiadas  por  Kirk,  zación»  se  mantuvo  durante  todo  el  tiempo  que  duró  el  extraño
 puesto  que  éstas  —como  acabamos  de  ver—  podían  aparecer  y  incidente.  Sus  siete  obreros  también  quedaron  paralizados,  en  un
 desaparecer  a  voluntad.  caso  verdaderamente  único  de  efectos  fisiológicos  colectivos.  Nin-
 Esta  opinión  es  ya  insostenible.  En  los  informes  de  recien-  guno  de  ellos  había  creído  hasta  entonces  en  la  realidad  de  los
 tes  observaciones  se  describen  objetos  que  aparecen  y  desapare-  llamados  platillos  volantes.
 cen. Lo que ocurre es que estos informes no tienen publicidad.  Los  Tan  pronto  como  recuperó  el  uso  de  sus  miembros,  Gatay  re-
 ufólogos  no  se  muestran  propensos  a  darlos  a  conocer.  Y  los  tes-  gresó  corriendo  junto  a  los  obreros  y  les  preguntó  excitadamente
 tigos  no  están  muy  dispuestos  a  relatar  historias  que  parecen  in-  si  habían  visto  algo.
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