Page 181 - AZUFRE ROJO
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180 Antoni Gonzalo Carbó | El Azufre Rojo VIII (2020), 153-199. | ISSN: 2341-1368
verde de la vegetación, reminiscencia del Paraíso (per. f rdaus, avéstico pairi-daēza). Arder en el
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fuego de este amor es caer en (la fuente paradisíaca de) Kawṯar . A la extinción en el fuego
(caliente y seco –naturaleza ígnea– = rojo) le sucede la inmersión en el agua (fría y húmeda
–naturaleza acuosa– = verde). En este sentido, siguiendo a ‘Aṭṭār, el sufí mantiene la «llama
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roja en la Vía, el corazón vasto, como el verde océano» . Según Rūmī, en el corazón del
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místico opera una verdadera alquimia espiritual (kīmiyā) que parece estar tipif cada por el
color rojo del fuego del incendio del alma y el fresco verdor que anuncia la proximidad de la
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gracia divina .
Rūmī concibe una bella imagen para explicar la célebre alocución extática de Ḥallāǧ: «Yo
soy la Realidad (divina)» (anā l-Ḥaqq): él habla de piezas de tejido que caen en la cuba del
tintorero «Él». El fuego, el rojo del metal candente, simboliza así el límite de la extinción del
místico en la fragua o en la tinaja del tintorero, símbolos de lo Absoluto. El f n de todos los
colores es la tina del tintorero que el Corán llama ṣibgat Allāh, el «bautismo de Dios» (Cor.
2:138), literalmente «tintura de Dios», en la cual todos los colores desaparecen mientras uno
solo permanece, el blanco radiante; ellas cantan entonces alegremente: «Yo soy la cuba».
Rūmī prosigue comparando el místico a la barra de hierro calentada en el fuego, que se
vuelve roja y candente hasta que acaba por exclamar: «Yo soy el fuego». De hecho, su forma
y su apariencia exterior son las del fuego, pero la unión substancial no se ha realizado: el
fuego sigue siendo fuego, el hierro hierro. Éste es, según explica Rūmī, el principio y f n de
todos los colores .
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En Sayat Nová los planos de la gallina blanca bañada en sangre, el sacrif cio (degollación) de
las gallinas y de los corderos, las tinas con tintes rojos de la curtiduría, los cirios rojos encendi-
dos sobre el pavimento de la iglesia expresan, en el contexto cristiano, un simbolismo funda-
mental de la espiritualidad musulmana persa –de Ḥallāǧ a Rūzbihān, de Aṭṭār a Rūmī– del
color rojo del vino, la sangre y el fuego como distintivos del amor pasional (‘išq), la pasión y
el anonadamiento (ár. fanā’, per. nīstī, no-ser) previos a la unión (waṣl, wiṣāl). El sufrimiento
es la esencia misma del amor. No se logra la unión si no es pasando por la pena (ġamm), el
sufrimiento (ranǧ) y el dolor (dard), que nacen y aumenta por la separación.
76 D 449. Kawṯar: fuente o río de abundancia del paraíso (alusión a Cor. 20:12).
77 Farīd al-Dīn ‘Aṭṭār, Muṣībat-nāma, ed. de N. Wiṣāl, Teherán, 1338 s./1959, comienzo del libro.
78 Cf. W. C. Chittick, The Suf Path of Love. The Spiritual Teachings of Rūmī, Albany: State University of
New York Press, 1983, índice s.v. «alchemy».
79 El verde, mediatriz entre el calor y el frío, es color de agua, como el rojo es color de fuego. El
ascenso de la vida parte del rojo y f orece en el verde.
80 D 685.
81 M 2:1345-49.