Page 182 - AZUFRE ROJO
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«Entraremos en tu tumba con este aspecto». La visión roja del ángel: rūzbihān baqlī, rilke, paradžanov 181
Como en la mayoría de corrientes místicas y de escuelas herméticas, sean de Oriente o de
Occidente, el regreso al origen, el ascenso del alma, la reintegración de los seres pasa por
un proceso que está relacionado con la muerte –muerte espiritual, muerte mística, muerte
iniciática– conforme al célebre adī «Morid antes de morir». Así Mawlānā alienta a sus dis-
cípulos a morir a través del amor de Dios, a «morir de amor» en cierto modo, y su samā se
convierte en una danza de amor y de muerte. En efecto, el danzante «interpreta» la muerte
espiritual y a veces se encuentra con ella, si su contemplación es sincera e intensa, bajo la for-
ma de un «éxtasis», de una «atracción» (ǧa ba), que supone arrancar su alma de esta esfera
para elevarla hasta la divinidad.
Un solemne plano-secuencia de a at ová muestra a una joven vestida con pieles oscuras (la
actriz Sof ko Tchiaureli, musa del cineasta), como un ángel de la muerte, que entra en una
tumba y se acerca a un cuerpo amortajado en tejidos de varios colores, con la cabeza cubier-
ta signif cativamente con seda de color rojo púrpura (c . g. 1). El duelo, ese ángel nocturno.
Esta secuencia expresa el momento en el que el trovador melancólico acepta su destino. Ella
porta en la cabeza un gorro cónico que recuerda el sikk (tāc, k lah), el gorro cónico de piel de
camello que, como y hemos visto, para los derviches ma la īs simboliza la piedra tumbal.
Las manos de ese ángel de la muerte, mientras ella no deja de f jar su mirada en nuestros
ojos, hacen que el pergamino negro con un texto en caligrafía persa blanca, dispuesto sobre
el cuerpo amortajado, se convierta en polvo de ceniza.
Para entender el sentido profundo de esta secuencia que representa la muerte simbólica del
poeta místico, podemos recordar las siguientes palabras de consolación que Ǧalāl al-Dīn
Rūmī dirige a sus amigos durante su última enfermedad, a f nales de otoño de 1273:
«Si la muerte es un ser humano – ¡dejadla que se aproxime a mí,
que yo pueda estrecharla en mis brazos!
Yo tomaré de ella un alma, pura, incolora;
¡ella tomará de mí un hábito de colores, nada más!» 82
En el suf smo, la práctica de la «autoaniquilación» o «extinción» de los atributos creatura-
les (ár. anā , per. nīstī) (c . Cor. 55:26-7)83 en el umbral de la reunión con el Bienamado, va
unida a una imagen muy frecuente en los poetas persas y turcos: es la parábola de la falena
(ár. arā , per. par āna) que, ebria de amor y deslumbrada por la luz de la vela (ár.-per. am ),
en su anhelo por alcanzar la aurora espiritual que sucede a la noche de los sentidos, se lanza
82 Cit. A. Schimmel, L incendie de l me. L aventure spirituelle de m , París: Albin Michel, 1998 [1992], p. 12.
83 . H. Ritter, as eer der eele. ensch, elt und ott in den eschichten des arīduddīn ttār, Leiden: E.
J. Brill, 1955, índice s.v. «entwerden», «entwerdung» ( anā ), «versinken»; A. Schimmel, stical i-
mensions o slam, Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 1975, s.v. anā , «annihilation».