Page 180 - AZUFRE ROJO
P. 180

«Entraremos en tu tumba con este aspecto». La visión roja del ángel: rūzbihān baqlī, rilke, paradžanov  179





                                                                                                     71
               orden al joven Dumikhan que lance granadas para cortarlas al vuelo de un golpe de sable .
               La sangre «color de la granada» brotaba sobre el objetivo de la cámara de Los caballos de  uego
               (1964). Una breve secuencia de  shik  erib muestra cómo un hombre con un hacha corta el
               cuello de un maniquí de cera de cuyo interior van saliendo fulares de seda roja a modo de
               chorro de sangre. Asimismo, la sangre invade la pantalla del Lago de los cisnes, La zona (1990)
               de Yuri Ilyenko (Yuriy Illienko). El recuerdo del prisionero drogadicto que, después de una
               sobredosis, recibe la sangre de un guarda compasivo y se ve forzado al suicidio para limpiar
               su deshonor, era una de sus pesadillas.

               El propio Paradžanov explicita el sentido ascético y espiritual que subyace en  a at  ová y
                shik  erib:

                           «En la composición de  a at  ová el tema es el ascetismo, los monas-
                           terios, las celdas. La presentación del mundo poético del héroe exige
                           una atmósfera más ref nada, de interiores más lacónicos donde todo
                           está penetrado de un soplo sagrado.» 72

                           «Detrás de todo ello [a propósito de  shik  erib] está el Evangelio, no
                           el de [la f gura de] Cristo [como] hombre joven, sino el de los musul-
                           manes que creen en el Islam. Es un cuento oriental, un simple cuento
                           que Lermontov me ofreció en mi infancia y que se ha convertido, por
                           una metamorfosis, en la Biblia musulmana, el Corán leído por un
                           cristiano que tiene en alta estima la cultura musulmana […], la del
                           misterio de estos musulmanes que han fundado La Meca.»  73

               La relación entre la llama, el destello luminoso (que en la poesía oriental siempre es visto de
               color rojo), y las rosas rojas, podría conducir entonces a nuevas combinaciones que han po-
               dido añadirse a la imagen del color rojo de la sangre o de las heridas . En la tradición persa,
                                                                                74
               a la contraposición del par de términos  uego y agua, le corresponde el contraste cromático
               del rojo del fuego, la sangre del corazón  y las rosas, símbolo de la combustión interior, y el
                                                     75


               71   . P. Cazals,  erguei  aradjanov, París: Étoile; Cahiers du cinéma, 1993, pp. 146, 148.
               72 Entrevista del cineasta ruso Mikhail Vartanov (1937-2009) –periodista en el  ovetakan  rvest, revista
               mensual de arte de la Armenia soviética– con Sergej Paradžanov, del que era amigo. Cit. ib., p. 161.
               73 Extracto de una entrevista con Sergej Paradžanov para la revista  ahiers du cinéma realizada por
               Charles Tessson (n.º 410) a propósito de  shik  erib. Cit. P. Cazals,  erguei  aradjanov, o.c., p. 163.
               74 En la alquimia el rojo y el rojo-rosa son los colores de la sangre, un sinónimo del aqua permanens y
               del anima extraídas de la prima materia y que conf eren vida de nuevo al cuerpo «muerto».
               75   . la poesía de Ḫwāǧah Muḥammad, Bangaš, en H. G. Raverty (trad.),  elections  rom the  oetr  o
               the   ghāns,  rom the  i teenth to the  ineteenth  entur , Londres: Williams and Norgate, 1862, p. 344.
   175   176   177   178   179   180   181   182   183   184   185