Page 13 - Egipto TOMO 2
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REJUVENECIMIENTO DE EGIPTO
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Nelson, en las aguas de Abucquir (1798). Después del regreso de Bonaparte á Francia, tomo
el mando de las tropas el general Kleber, el más entendido sin duda alguna de los oficiales
bajo sus órdenes, el dia 20 de marzo de 1800, dióse la batalla de
del ejército egipcio, y
Matarijeh, junto á las ruinas de la antigua Heliópolis; aquella batalla memorable en la cual
diez mil franceses pusieron en precipitada fuga á un ejército turco seis veces mayor. El
puñal de un fanático, natural de Alepo, puso término á la vida de Kleber en una calle del
pocos meses después los ingleses obligaron á su inepto sucesor, Menou, a firmar
Cairo, y
una capitulación, en virtud de la cual perdían su predominio, en el Cairo primero, y mas
tarde el que ejercian en Alejandría (setiembre
de 1801). La nación francesa debió en conse-
cuencia de esto renunciar á la posesión del
Egipto; mas su influencia no se menoscabó
poco ni mucho. Si la cultura europea ha pene-
trado en las orillas del Nilo, con más rapidez
que en otro país alguno de Oriente en las esfe-
ras de la sociedad más distinguida, y ha influido
en las clases populares, hasta el punto de que
abandonen paulatinamente muchas de las anti-
sólo á los
guas costumbres, á los franceses, y
franceses se debe; pues para ello bastaron, por
un lado las disposiciones reglamentarias dictadas
por otro la amabilidad, que es
por Bonaparte, y
rasgo característico de la raza, merced á la cual
ganar el corazón de los
supieron insinuarse y
gobernantes. Gracias á tales dotes lograron cap-
tarse las simpatías y hasta la benevolencia del
hombre eminente que ha conducido por nuevas
vias los destinos del Egipto, y fundado la casa
que ejerce al presente su dominio en el valle del
ESTATUA DEL GENERAL J. B. KLEBER EN ESTRASBURGO
Nilo. Ya se comprenderá que nos referimos á
Mohamed (ó Mehemet) Alí, el más ensalzado y al propio tiempo el más inicuamente depri-
mido de cuantos príncipes han existido en Egipto.
De familia humilde, pero en manera alguna abyecta, como han sostenido algunos sin
verdadero fundamento, ese hombre extraordinario nació en Cavala, pequeña ciudad de
hallándose
Macedonia, en el año 1769. Habiendo quedado huérfano en edad temprana y
dotado de las más felices disposiciones, tomáronlo bajo su protección, en primer lugar, uno de
el sub-gobernador de su ciudad natal. Puede decirse que jamás
muerto éste,
sus tíos, y
recibió instrucción alguna de la que en la escuela se difunde; mas aún así, su espíritu,
eminentemente práctico, y su intuición respecto de los negocios supo aprovechar para su