Page 402 - Egipto TOMO 2
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318 TEBAS
Suez, cuva abertura fué el primero en proyectar. Había nuevamente reducido al \ugo del
Egipto á Canaan, la Siria, la Fenicia y Tiro, la Mesopotamia y hasta la isla de Chipre;
recogido tan rico \ abundante
concluido un tratado con el príncipe de los chetas, Mautañar, y
botin, que pudo dar pábulo á su furor de construcciones. En la necrópoli tebana, frente á
Karnak, levantóse, como en Abvdos, un soberbio memnonium, en el cual se rindió culto á
sus manes y á los de su padre Ramsés I. Las inscripciones dan á este edificio el nombre de
Casa de Seti; los planos de Tébas el de Kurna: lo que constituye el núcleo se halla aún en
muy buen estado; pero la mayor parte de los esfinges que se veían á lo largo de la vía
triunfal y los píleos en que terminaba, han sucumbido á las injurias del tiempo. Aquí, como
en Abvdos, el templo propiamente dicho abre en un pórtico sostenido, no por pilastras, sino
por diez columnas terminadas con capitel de capullo de loto, de las
cuales sólo se mantienen ocho en pié. Sobre el muro del fondo se
ven doce parejas de dioses, ocho de los cuales son las personifica-
ciones de los brazos del Nilo en la Delta, y los restantes, los que se
hallan más á la izquierda, responden á las formas del Nilo en el
Alto Egipto. Decíase de dichas figuras, que se dirigian al rey con
provisiones, pues habían reunido
los brazos cargados de primicias y
cuanto bueno produce la tierra, para exaltar el júbilo que reina en
los dias consagrados á las fiestas que se hacían en honor del padre
Amon. Tales palabras encierran una alusión á la fiesta solemne
del valle, Heb-en-ant, durante la cual, el dia veintinueve del
mes segundo de la inundación, la estatua de Amon se sacaba con
solemne pompa de Karnak, y después de haber atravesado el Nilo,
era conducida á la necrópoli para hacer sacrificios en honor
de sus antepasados difuntos. El cuerpo sacerdotal de la Casa
de Seti recibía la procesión llevando la magnífica nave Sam,
que era el más santo de los objetos conservados en el templo
de Kurnah; colocaba en ella la estatua del dios y la condu- i. la.
PLANO DEL RAMESEU.M
cía, en tal disposición, primero al memnonium de Seti, y
después, á través de la necrópoli, precedida de servidores que cubrían de arena los lugares
por donde debía pasar, hasta el gran lago sagrado situado en la extremidad Sur, del cual se
conservan vestigios, en cuyo punto terminaba la fiesta por medio de un espectáculo nocturno
realizado sobre las aguas.
La religión egipcia prescribía á sus adeptos la obligación de visitar las tumbas, hacer
ofrendas á los muertos, guardar con gratitud y alegría el recuerdo de los padres difuntos;
y así como el sol de cada dia había sido precedido de otros millones de soles que, semejantes
á los hombres, habian descendido á la región de las tumbas, detrás de la montaña líbica,
imponíase al dios la obligación de honrar á sus antepasados y ofrecerles sacrificios, porque el
nuevo sol no olvidaba los soles que habian transpuesto la montaña, y con semejante visita