Page 90 - Egipto TOMO 2
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LA UNIVERSIDAD Y LA MEZQUITA DE EL-AZKAR 87
importantes en su sosten, con lo cual se asegura cuando menos el derecho de dirigir los
asuntos exteriores de semejante asociación: política como pocas hábil, por lo mismo que el—
Azhar dispone de un poder inmenso para levantar la opinión pública contra los proyectos de
reforma L
Lejos, pues, de haber mermado en lo más mínimo las rentas de esta venerable institución,
sostiénela el jetife con mano liberal, y además de esto le ha prestado el servicio inmenso de
sistematizar en cierto modo la marcha de la instrucción, sino en su forma extrínseca, por lo
ménos en la inspección ejercida respecto de la capacidad de los profesores y de los alumnos.
Al método anticuado, de origen árabe , que se empleaba para adquirir una cátedra, se ha
sustituido una série de ejercicios, que acaso bastará por sí sola para cambiar la civilización
oriental, puesto que el aspirante debe sufrir un exámen de prueba ante seis jueces pertene-
cientes á los diferentes ritos. El gobierno se reserva el derecho de confirmación, y además la
facultad de premiar á los nombrados, haciéndoles pasar de la tercera clase á la segunda, y de
ésta á la primera. El que llega á este último grado, que es el más eminente, recibe del jetife,
según la antigua costumbre oriental, un traje de ceremonia, con el decreto en virtud del cual
se le participa el ascenso. Según la última estadística de la mezquita sólo habia tres
profesores de primera clase. La inspección de los estudios incumbe al mufti de los países
del Nilo que tiene también el título de sheikh-el-Gami, rector de la mezquita, que es el
personaje más conspicuo é influyente de toda la sociedad musulmana en el Cairo. Al presente
lo es el jeque Abbasi, anciano venerable é instruido, llamado el-Mahdi, sobrenombre que
significa el conducido al buen camino. El epíteto es interesante, por lo mismo que lo han
llevado diferentes familias de conversos, tanto que el padre del que nos ocupa era un
distinguido sabio judío, cuya conversión produjo impresión por demás profunda en el círculo
israelita del Cairo. El predecesor de Abbasi, Mustafá el-Arusi, vive aún: es un anciano
instruidísimo y por demás simpático, que escribe obras científicas, versifica gallardamente,
y perdió su elevada categoría á consecuencia de una disputa que tuvo con los ulemas, con
motivo del Código Xapoleon. El destino que desempeña Abbasi, el cual ejerce desde el
año 1871, es uno de los mejor retribuidos de Egipto, ya que proporciona á los que lo
disfrutan una renta de mil setecientas treinta libras egipcias, equivalentes á unas cuarenta y
cinco mil pesetas, y les asegura el goce de un magnífico palacio árabe. Dados estos antece-
dentes compréndese que se haya hecho proverbial la siguiente frase dirigida por los padres á
sus hijos á modo de bendición: «Concédate Dios la gracia de ser un dia sheikh-el-Gami.»
Más modesta es la retribución de los profesores, cuyo sueldo mensual no pasa de
quinientas pesetas al mes; pero deben agregarse al mismo las gratificaciones que se les
conceden como imanes, muftíes, predicadores y empleados en la administración pública,
amen del pan que se les distribuye. Con todo esto la vida del profesor de tercera clase en la
i Comprendido el arrendamiento de los bienes propios de la mezquita , el conjunto de las rentas de la administración de el-Azhar ha
importado en los últimos años 275,646*14 piastras turcas. Los gastos han ascendido á 390,834*28, por consiguiente la diferencia, importante
115,188*12 piastras ha debido suplirla el ministerio dp instrucción pública. A dicha suma deben agregarse 39,449*43 piastras, que cuesta al
ministerio la administración de la mezquita, las cuales no están continuadas en el capítulo de gastos.