Page 273 - I. Origen de los indios de Amrica. II.Origen y civilization de los indgenas del Peru
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DE AMÉRICA                    ^9



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           Concluiremos con unas últimaa apreciaciones:
           Sabios, que han hecho observaciones y estudios
       arqueológicos en el Nuevo Gontinentej son de opinión
       que la Pompeya de América está aún por descubrirse,
       y suponen que las ruinas de esa gran ciudad se hallan
       debajo de las extensas y espesas capas de lava fria que
       circundan alguno de los volcanes de la América Cen-
       tral. El descubrimiento de esas ruinas sería otra prue-
       ba incontestable (aportada á las aludidas respecto de
       las de Copan, Palenque, Peten,      Mitla, Tiahuanaco   y
       demás citadas de    la América del Norte, del Centro    y



       columnas de esos palacios son monolíticas, cónicas, del diámetro de 80 á
       90 centímetros en la base y 3 metros y 30 centímetros de altura: el ador-
       no consiste en pinturas, mosaicas y esculturas, que causan la admiración
       de los viajeros, Al occidente de Mitla se encuentra, sobre la cima de un pe-
       ñasco escarpado, una fortaleza que mide media legua de extensión, con va-
       rios ángulos salientes y entrantes y cortinas intermedias; en su frente, con-
       siderado accesible, hay doble muralla, de las que la una es curva elíptica  y
       la otra, más elevada, en forma de tenaza: varios ingenieros que han visita-
       do esta fortaleza, declaran no ser inferior á las europeas del siglo xn.
          En el N*? 16 del tom. I del Magasin Universel, impreso en París y co-
       rrespondiente al 6 de Febrero de 1834, encontramos los siguientes datos
       sobre el descubrimiento de las ruinas de Palenque: «En 1786 Carlos III,
       rey de España, mandó una expedición á México  con el objeto de hacer in-
       vestigaciones de las antigüedades mex icanas anteriores al descubrimiento
      _ de la América, principalmente de las de Palenque, investigaciones que  en-
       tonces fiíeron infructuosas. Algunos años más tarde, una segunda expedi-
       ción salió de España con el propósito de reco no cer, con exactitud, los lu-
       gares explorados anteriormente; expedición que fu é dirigida por el coronel
       Dupaix, secundado por Castañeda, encargado de la  ejecución de los di-
      *bujo3. Al llegar á la provincia de Tzendales, constataron la existencia de
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