Page 11 - Sentido Común
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El enigma de las Sentido Común
nubes
Grandes equipos de expertos han creado más de veinte modelos climáticos
ricos en detalles y los han puesto a prueba cotejándolos con vastos conjuntos
de datos. Sin embargo, si bien todos los modelos muestran una Tierra que se
calienta como resultado de las actuales emisiones de gases de efecto
invernadero, unos y otros discrepan obstinadamente en lo referente a la
nubosidad. Esa situación ha comenzado a cambiar. Las simulaciones de los
efectos de las nubes empiezan a coincidir. ¿Nos dan una nueva esperanza o
empeoran nuestros miedos?
Retroalimentación grande o pequeña
Imaginemos la Tierra justo antes de la Revolución Industrial. Pese a la tala de
bosques, el valor de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera
se ha mantenido estable en 280 partes por millón (ppm) durante miles de años.
Pero entonces apareció el motor de combustión interna: a finales del siglo XX las
concentraciones de CO2 habían aumentado, lo que afectó a todo el sistema
planetario. La troposfera, la capa que alberga el aire que respiramos, se está
calentando. En 2017, la concentración de CO2 rebasaba las 400 ppm. Los
continentes también se están calentando, al igual que los océanos. La
circulación del aire y el vapor de agua en la atmósfera está comenzando a
cambiar. Si se mantiene la tendencia actual, la concentración de CO2
atmosférico doblará el valor preindustrial a mitad del presente siglo, lo que
acentuará el calentamiento. Finalmente, al cabo de varios centenares de años,
se alcanzará un nuevo equilibrio a una temperatura mayor.
La respuesta planetaria a la duplicación de la concentración de dióxido de
carbono se conoce como «sensibilidad climática de equilibrio». Todos los
modelos coinciden en que su valor es superior a cero y, por tanto, cabe esperar
cierto calentamiento. Según las predicciones, el grado de calentamiento
oscilará entre 2 y 4,5 grados aproximadamente; es decir, entre lo significativo y
lo catastrófico.
Los modelos no concuerdan entre sí debido, sobre todo, a sus discrepancias
respecto al comportamiento futuro de la nubosidad. Si entendiésemos mejor las
nubes podríamos estrechar ese intervalo y hacer predicciones más precisas.
Pero es difícil ser exactos al respecto por dos razones: por un lado, el
calentamiento afecta de distinta manera a diferentes tipos de nubes; por otro,
la alteración de la nubosidad tiene distintas repercusiones en el calentamiento.
Científicos siguen investigando este fenómeno.
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