Page 3 - COLOMBIA:
P. 3
Hace poco tiempo una querida amiga norteamericana me confesó su
asombro por la situación de Colombia. "No entiendo -me decía-, con el
país que ustedes tienen, con el talento de sus gentes, por qué se ve
Colombia tan acorralada por la crisis social; por qué vive una situación de
¿Por qué se ve violencia creciente tan dramática, por qué hay allí tanta injusticia, tanta
Colombia tan inequidad, tanta impunidad. ¿Cuál es la causa de todo eso?".
acorralada por la
crisis social; por qué Por un momento me dispuse a intentar una respuesta, pero fueron
vive una situación
de violencia tantas las cosas que se agolparon en mí que ni siquiera supe cómo
creciente tan empezar. Sentí que aunque hablara sin interrupción la noche entera, no
dramática ¿ ¿Cuál lograría transmitirle del todo las explicaciones que continuamente me doy
es la causa de todo a mí mismo, tratando de entender el complejo país al que pertenezco.
eso? Por otra parte, entendí que muchas de mis explicaciones no le habrían
gustado a mi amiga, o la habrían puesto en conflicto con su propia
versión de la realidad.
Es frecuente para nosotros oír de labios generosos lo deplorable de
esas desdichas y el asombro ante nuestra incapacidad para resolverlas.
El primer asunto es, pues, preguntarse si de verdad la sociedad
colombiana vive una situación excepcionalmente trágica, si es tan distinta
esta realidad de la del resto de los países, o al menos de los países del
llamado tercer mundo. Mi respuesta es que sí.
Colombia es hoy el país con mayor índice de criminalidad en el planeta y
la inseguridad va convirtiendo sus calles en tierra de nadie. Tiene a la
mitad de su población en condiciones de extrema pobreza, y presenta al
mismo tiempo en su clase dirigente unos niveles de opulencia difíciles de
exagerar.
Muestra uno de los cuadros de ineficiencia estatal más inquietantes del
continente, al lado de buenos índices de crecimiento económico. Muestra
fuertes niveles impositivos y altísimos niveles de corrupción en la
administración. Muestra unas condiciones asombrosas de impunidad y
de parálisis de la justicia y al mismo tiempo una elevada inversión en
seguridad, así como altísimos costos para la ciudadanía en el
mantenimiento del aparato militar.
Muestra las más deplorables condiciones de desamparo para casi todos
los ciudadanos, y sin embargo es un país donde no se escuchan quejas,
donde prácticamente no existen la protesta y la movilización ciudadana:
una suerte de dilatado desastre en cine mudo.
3