Page 227 - La sangre manda
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sabían, pero Holly se negaba a hablar del tema. Y al principio no vieron
inconveniente, porque poco a poco la expresión de angustia había
desaparecido de sus ojos. Había vuelto a la normalidad… o, al menos, la
normalidad de Holly. Pero ahora se ha ido, a hacer algo de lo que se ha
negado a hablar.
Así que Jerome decidió seguirle el rastro con la aplicación WebWatcher.
Y Barbara miró el historial de búsquedas de Holly.
Y Holly —confiada como era, al menos con sus amigos— no lo había
borrado.
Barbara descubrió que Holly había visto muchos tráilers de estrenos
inminentes, había visitado Rotten Tomatoes y el Huffington Post, y había
entrado varias veces en una web de citas llamada Hearts & Friends (¿quién lo
habría imaginado?), pero muchas de sus búsquedas recientes tenían que ver
con el atentado terrorista en la escuela de secundaria Albert Macready. Incluía
también búsquedas de Chet Ondowsky, un periodista de la cadena WPEN en
Pittsburgh, de un establecimiento llamado Clauson’s Diner en Pierre,
Pennsylvania, y de un tal Fred Finkle, que resultó ser cámara de la WPEN.
Barbara llevó todo eso a Jerome y le preguntó si pensaba que Holly podía
estar al borde de una extraña crisis nerviosa o algo así, desatada quizá por el
atentado en la escuela Macready.
—Quizá haya tenido una especie de flashback al momento en que su
prima Janey voló por los aires a causa de la bomba de Brady Hartsfield.
Basándose en las búsquedas de Holly, Jerome desde luego consideró la
idea de que ella fuera tras la pista de otro personaje verdaderamente malo,
pero había otra posibilidad que parecía —al menos se lo parecía a él— igual
de verosímil.
—Hearts & Friends —dice Jerome a su hermana.
—Sí, ¿qué?
—¿No se te ha ocurrido pensar que a lo mejor Holly está, contén las
exclamaciones, ligando con alguien? ¿O que al menos ha ido a encontrarse
con un tío con el que ha cruzado unos cuantos e-mails?
Barbara lo mira boquiabierta. Casi se ríe, pero se abstiene. Lo que dice es:
—Hummm.
—¿Y eso qué significa? —pregunta Jerome—. Acláramelo. Tú has
hablado con ella de chica a chica…
—Eso es sexista, J.
Él lo pasa por alto.
—¿Tiene algún amigo de índole masculina? ¿O lo ha tenido alguna vez?
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