Page 47 - En nombre del amor
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CAPÍTULO 06 CAPÍTULO 06
Tras encontrar a su hijo durmiendo a pierna suelta en el consultorio y a una perrita en la sala de recuperación, Max Parker escuchó la historia que Travis le refirió sobre lo que había sucedido. Max llenó dos tazas con café y las llevó a la mesa.
—No está mal, para ser tu primera vez —comentó. Con su pelo cano y sus tupidas cejas blancas, era la viva imagen del veterinario respetable de una pequeña localidad.
—¿Has tratado alguna vez a una perrita con un desprendimiento uterino?
—No, nunca —admitió Max—. Aunque una vez tuve que tratar a una yegua. Ya sabes que no es muy común. Molly parece que está bien, ahora. Esta mañana, cuando he entrado, se ha sentado sobre las patas traseras y ha movido la cola. ¿Hasta qué hora te quedaste despierto con ella ayer?
Travis tomó un sorbo de café con cara de agradecimiento.
—Casi toda la noche. Quería asegurarme de que no se volvía a repetir.
—Normalmente no suele suceder —dijo su padre—. Qué suerte que estuvieras allí. ¿Has llamado a su dueña?
—No, pero lo haré. —Se pasó la mano por la cara—. ¡Vaya! ¡Me siento exhausto!
—¿Por qué no te vas a dormir unas horas a casa? Ya me encargaré yo de la consulta, y
tranquilo, no perderé a Molly de vista.
—No quiero cargarte con mi trabajo.
—No es ninguna molestia —admitió Max con una sonrisita burlona—. ¿No te acuerdas? No te esperaba hoy por aquí. Es viernes.
Unos minutos más tarde, después de examinar a Molly, Travis aparcó al lado de su casa y se apeó del coche. Estiró los brazos por encima de la cabeza, y a continuación se dirigió hacia la casa de Gabby. Al atravesar la verja, vio el periódico que sobresalía del buzón y, tras vacilar unos instantes, lo sacó. Un momento más tarde, después de subir el peldaño del porche, se disponía a llamar a la puerta cuando oyó unos pasos que se acercaban y la puerta se abrió bruscamente. Sorprendida al verlo, Gabby irguió la espalda.
—Ah, hola... —lo saludó ella, soltando la puerta—. Ahora mismo estaba pensando en llamarte.
Iba descalza, llevaba unos pantalones de algodón y una camiseta de color beis, con el pelo atado de forma holgada con una pinza de ébano. Travis se fijó nuevamente en lo atractiva que era, pero aquel día su belleza le pareció del todo fresca y natural, sin artificios, lejos de una apariencia puramente convencional.
Simplemente parecía tan... real.
—Ya que me dirigía a mi casa, he pensado que podría comunicártelo en persona, en lugar de
llamarte por teléfono. Molly está mucho mejor. —¿Seguro?
El asintió con la cabeza.
—Le hice una radiografía, y no vi ningún indicio de derrame interno. Después de ingerir algunos líquidos, empezó a recuperar las fuerzas. Probablemente podrías llevártela a casa hoy mismo,
NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
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