Page 223 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz                           213




            -Tenemos que hablar.

            -Estaré en la playa mirando el mar de Tasmania, soy sola y amo la
            soledad. Luciré un bikini verde, no falle.

            -Bonjour mademoisselle, dijo en perfecto francés. Enzo estaba frente
            a la mujer que tomaba Brandy en una playa solitaria de Greymouth,
            eran viejos conocidos, ella era una hermosa mujer que lucía cabello
            corto como una recluta del ejército, tras sus gafas oscuras se adivi-
            naba unos ojos bellos claros y grandes. Era alta y de pocas palabras,
            el mar estaba en calma, soplaba una brisa suave del norte que daba
            la sensación de tranquilidad, la playa estaba desierta.

            -”El cielo puede esperar”, dijo él.

            -”En un rascacielo”, respondió ella.

            -Esta vez tu misión es lejos. Es en Sudamérica, en Bolivia, en la ca-
            pital del oriente boliviano. Mi nombre clave es “Barbarroja”. Puedo
            esperar unos días y viajamos juntos… Digo.

            -No, tú te adelantas, me dejas la conexión de los vuelos y nos vere-
            mos en el aeropuerto Viru Viru.

            -Esta vez –dijo él- no. Las instrucciones de Capablanca son claras y
            precisas, viajaremos rápido juntos y durante el viaje planificamos el
            magnicidio detalle a detalle.

            Mata Hari echó una bocanada de humo y suspiró, se levantó y
            Enzo vio a una mujer bellísima, alta, un cuerpo bien cuidado, at-
            lético, sus armas para doblegar a los hombres, el mar seguía en
            calma, una embarcación lejana se aproximaba a un puerto. No
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