Page 222 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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          cutini y Pastorcito Decordero viven su drama, “el Valiente” y “Juan
          Sin Miedo” otro drama, todos van a coincidir en la trágica noche de
          Santacruz. También se enroló en este tenebroso mundo “El enmas-
          carado de plata”. También entrarán en acción los caídos en desgracia:
          Nicolás, Nicolacito y Nicolazón.

          En los días que precedieron a la ejecución del candidato de Arenal,
          Capablanca estaba desesperado, nervioso, temía fallar. Pero luego de
          comprobar la violencia de Leoluca Nerón “el Gigante”, se quedó
          tranquilo, saboreando una victoria en el combate final.

          Mucho tiempo después se llegó a conocer lo siguiente:  Capablanca le
          había advertido a Enzo Bordenave: “Si fallamos una o dos veces, to-
          maremos otra decisión. Vas a ir a la otra cara del mundo, a Nueva Ze-
          landa, exactamente a Greymouth, tu misión es ultrasecreta. ¿Te acuerdas
          de Mata Hari? Tiene varias identificaciones, se llama Simone Candau,
          Josephine Riviere, Dominique Fontaine y Mata Hari. Alain Centurión
          habló claro y preciso: “En  Greymouth utiliza una frase para dar con su
          paradero “El Cielo puede esperar”, ella domina el inglés, francés y es-
          pañol,  tú tienes tu habitación separada en el Alpine Rose Motel, tienes
          el número telefónico de Mata Hari, es una vieja conocida tuya, pero
          esta vez te identificas como el capitán Enzo Bordenave, además ya la
          conoces. Lo demás ya sabes tú cómo manejarlo, el tiempo apremia, Eu-
          clides Santacruz no debe estar vivo para las elecciones del 1 de junio,
          le recalcas a ella que esta conspiración fue bautizada “El Rascacielo”.

          Y esa vez esto sucedió.

          Ya fallaron dos veces pero la tercera es la vencida.

          -“El cielo puede esperar”, dijo por teléfono la voz de un hombre firme
          y segura.
          -Hola capitán Bordenave, dijo ella.
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