Page 24 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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14 La trágica noche de Santacruz
Allí mismo se desmoronaron los sueños de Juan Tomás. “Me va a
matar, adiós esposa, adiós hijos míos”, pensó.
Al cruzar los rieles enfilaron por el séptimo anillo hacia la avenida
Virgen de Cotoca, fue cuando José Tomás sospechó que era condu-
cido al patíbulo, no tenía escapatoria, intentó gritar y no pudo. La
marcha continuó por la avenida al Santuario.
Bordenave le colocó el revólver en el cuello y luego le dio instruc-
ciones:
-No cruzas el viaducto, te vas por la derecha y allí te detienes.
Antes de cruzar los rieles, Bordenave desenfundó su pistola automá-
tica con silenciador, el socio de Euclides se dio cuenta de todo y ace-
leró, viró a la derecha primero y después viró a la izquierda sobre los
rieles pasando de esta manera por debajo del viaducto.
En ese instante Barbarroja apretó el gatillo y le metió un tiro en el
estómago, la bala quemó las entrañas de Juan Tomás.
El auto se detuvo, el socio de Euclides tuvo el valor de enfrentársele
para no perder la vida, lucharon a muerte.
Bordenave conocía todos los métodos para reducir a una persona, y
golpeó a su casual enemigo y le disparó en la sien y volaron sus sesos.
Ahí acabó todo, el coche quedó detenido bajo el puente.
En un informativo del mediodía, un jefe policial informó que varios
días atrás se robaron un lujoso y costoso Jeep Willys color amarillo
de una auto venta. “Se sopechaba de tres hombres y una mujer fueron
quienes doparon al guardia y perpetraron el robo. Asimismo tenemos
información que tresde estos delicuentes forman parte de la banda
para aniquilar al candidado Euclides Santacruz”, fue un escueto in-
forme del jefe policial. Pero, según se dijo, fue una noticia para dis-
traer a la opinión pública.