Page 247 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz 237
norte argentino?
Una noche, “el Gigante” salió de parranda, quería malgastar parte
del dinero de los intereses que le pagó días antes Amor Jurado. Pri-
mitivo trabajaba de todo un poco, era cargador, trabajaba para unos
anarquistas y él era en el que ponía el pellejo si había bulla o proble-
mas, y no le faltaban los quintos en el bolsillo. Ganó mucho dinero
compitiendo con otros hombres macizos a la pulseta en memorables
jornadas que eran transmitidas por radio. Ahí ganó sus buenos pesos.
Pero aquella noche, LeoLuca hizo su aparición en el lupanar “La Po-
tranca” y le salvó la vida a “el Valiente”, quien se negó a pagar los
servicios sexuales de una mujer, la meretriz gritó y los casuales clien-
tes del lupanar intentaron hacer justicia por sus propias manos. Esa
noche se le ocurrió a “el Gigante” ponerse la máscara de plata, entró
a la mancebía justo cuando intentaban descuartizar a Carbonero del
Monte.
“El enmascarado de plata” se plantó en la puerta de entrada, con un
chicote en la mano y calzaba botas blancas, era más que visible la
cacha del revólver .500 SW Mágnum en el cinto. Se decía que andaba
tras los pasos de Nicolás Amor Jurado para primero curtirlo a chico-
tazos y luego le metería tres disparos en su panza a “el Petacudo”
con su potente revólver. Su estrafalaria transfiguración iluminada por
la escasa luz causó temor. Todos quedaron pasmados, atónitos, ma-
ravillados por ver un gigante o a un extraterrestre.
-¿Qué pasa aquí carajo?, rugió la vozarrón de Leoluca Camorrero y
todos quedaron atónitos, miedosos porque creyeron ver a un extrate-
rrestre, vieron a un hombronazo en cuerpo y alma y con una máscara
de plata y una capa que brillaba con la dudosa luz del burdel, chicote
en mano.
-Este hombre se nenegó a papagar los servicios de esa mumujer. Aquí
eso no se permite, por eso lo íbamos a descuartizar en vivo, dijo un
hombre de baja estatura al que le decían “el Tartamudo”.