Page 53 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz                            43



            Un aventurero que vagaba por el mundo en busca de su destino y
            hogar, y que fue el último en explotar goma en la provincia Velasco
            allá en el tercer auge de la goma y que se llamaba Giácomo Ben-
            venuti, lo apodaban “el Napolitano”, fue quien bautizó a este pue-
            blo como “El Paraíso Escondido”, en el corazón del Bajo Paraguá.
            Rodeaba a este pueblo la selva indómita chiquitana, extensa, ig-
            nota, ardiente y cautivante. La pesca es abundante, asimismo va-
            rias familias se dedicaban a la crianza de ganado vacuno, que son
            comercializados a excelentes precios a comerciantes ganaderos
            brasileños que se trasladan en julio y agosto, aprovechando que
            las aguas bajan en los curichales. Es y era un negocio redondo, las
            familias del nuevo pueblo criaban terneros hasta la edad de dos
            años y luego los vendían.

            Estos habitantes vivieron durante muchos años felices, todos los días
            se advertía los rostros sonrientes de sus moradores y daba la impre-
            sión de una felicidad innata en este rincón del mundo. El año redondo
            se trabajaba en la crianza de ganado. En la hacienda “La Ponderosa”
            existía un almacén abarrotado de alimentos para los habitantes, no
            existían algunos servicios básicos como la telefonía. Este sitio era un
            mundo perfecto, no existía cárcel, ni policías, ni ladrones, ni vagos,
            ni mal entretenidos, ni jueces, ni fiscales, ni mendigos, ni mujeres de
            la calle, ni drogadictos, tampoco vendedores ambulantes, ni cleferos,
            ni “toqueadores”, no se masticaba coca. Era un mundo perfecto que
            idealizaron Benvenuti y Santacruz. No se pagaba impuestos, ni mul-
            tas, la libre iniciativa era igual para todos los habitantes. Era como
            en la Utopía, un lugar que imaginó el escritor Tomás Moro en su libro
            precisamente titulado “Utopía”.

            Moro pretendía demostrar en su narración que se trata de una comu-
            nidad imaginaria, pero Benvenuti iba más allá de todo eso; era posi-
            ble en el Bajo Paraguá fundar un pueblo utópico. Junto a Anastasio
            Santacruz comenzaron a idealizar el nuevo pueblo.
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