Page 16 - LIBRO BUENO
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Magali García Oliva
No resultó fácil despistar a nuestros perseguidores, en las películas todo es
más sencillo. Callejeamos con el Fiat como si estuviésemos perdidos buscando
algún punto turístico, hasta que la suerte estuvo de nuestro lado y nos llevó
hasta una plaza donde se celebraba una boda, allí entre el bullicio, el gentío y
decenas de coches pitando y echando serpentinas pudimos desaparecer,
El corazón me latía tan deprisa y con tanta fuerza que seguro que Mauricio
lo escuchaba a pesar de la música que había puesto para intentar serenarnos.
–Voy a llamar a mi jefe y acabamos con esto –dije.
–No podemos dejarlo ahora cariño, nos está retando y tenemos que
encontrarlo –replicó Mauricio.
–Es demasiado peligroso, saben dónde nos alojamos, nos siguen, ¿qué
será lo próximo? Yo pensaba en una investigación sin más disfrutando de las
vacaciones aquí contigo, intentar localizarlo, saber algo más de él pero no
esto.
–Unos días más cariño, estamos juntos y si realmente corremos peligro lo
dejamos –añadió Mauricio.
Al llegar al hotel llamé a mi jefe tenía que ponerle en situación y relatarle
todo lo acontecido. El teléfono apagado, pfff... nunca estaba cuando lo
necesitaba, lo intentaría más tarde.
–Mauricio tienes pinta de detective ¿qué haces? –pregunté.
–Ja, ja, ja –rió– estoy buscando mis gafas de sol.
Estaba claro que no era eso lo que buscaba porque las llevaba en la mano
y me hacía gestos para que no hablara ¡Claro buscaba micrófonos! Pero no
encontramos ninguno, nos estábamos obsesionando demasiado. En estas el
sonido del teléfono me sobresaltó, era mi jefe.
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