Page 110 - Libro Catecumeno
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Lector:
                    Lector: Para que también sus  familias pongan en Cristo su
                  esperanza y encuentren en él la paz y la santidad, roguemos al Señor.
                    TODOS: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
                    TODOS: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
                    Lector: Para que todos nosotros nos dispongamos a una vida
                    Lector:
                  cristiana más intensa, corrigiendo nuestros errores, levantando
                  el corazón y practicando la caridad en las obras de misericordia,
                  roguemos al Señor.
                    TODOS: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
                    TODOS: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
                    Lector:
                    Lector: Para que en el mundo entero se fortalezca lo débil, se
                  busquen los caminos del diálogo y la paz, se sane lo que está herido
                  y se levante lo caído, roguemos al Señor.
                    TODOS: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
                    TODOS: TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
                            cismo
                    3. Exor
                    3. Exorcismo
                    Celebrante:
                    Celebrante: Oremos.
                         Oh Dios, que nos enviaste como Salvador a tu Hijo Jesucristo,
                         te pedimos por estos catecúmenos que, así como Nicodemo,
                         desean nacer de nuevo por el agua y por el Espíritu Santo;
                         que, con un corazón renovado por la fuerza de tu Palabra,
                         reconozcan con humildad y sencillez sus pecados y debilidades.
                         No permitas que sean engañados por el poder del demonio;
                         líbralos del espíritu malo, para que reconociendo sus pecados,
                         merezcan ser purificados interiormente
                         y así comiencen una la vida nueva. Por Jesucristo nuestro Señor.
                    TODOS: AMÉN.
                    TODOS: AMÉN.
                         El celebrante impone las manos en silencio a cada uno de los
                         catecúmenos.
                         Después, con las manos extendidas sobre los elegidos, prosigue:
                    Celebrante:
                    Celebrante:
                         Señor Jesús, tú eres la fuente de agua viva
                         a la que acuden estos catecúmenos, y el Maestro al que buscan.
                         Ante ti, que eres el único Santo,
                         nadie se atreve a proclamarse inocente.
                         Confiadamente abren sus corazones,
                         reconocen su pecado, descubren sus heridas ocultas.
                         Líbralos pues, bondadosamente de sus debilidades,
                         cura su enfermedad, apaga su sed y otórgales la paz.
                         Por el poder de tu nombre, que invocamos con fe,
                         vuelve a ellos tu rostro propicio y sálvalos;
                         que tu poder benéfico domine al espíritu maligno.
                         Por el Espíritu Santo muestra el camino a tus elegidos



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