Page 115 - Libro Catecumeno
P. 115
a Jesús para vivir en adelante una vida
parecida a la suya.
Significa también asumir nuestras
propias luchas, aprendiendo a seguir
la voz de la conciencia, para vencer y
parecernos a él. O más bien: unirnos a
él que es el Vencedor de todo pecado,
para vencer con él nuestra tendencia
al mal.
Prepararnos al Bautismo pide “vivir como resucitados” (Rom 6,4).
5. PLEGARIA Oramos a partir del pasaje de Caín:
• “¿Por qué estás con la cabeza baja?”. Señor, reconozco que
con frecuencia me siento abajo, con el alma caída, sin ganas para
lo bueno; más bien atraído/a por cosas y temas que no son con-
venientes. ¡Ayúdame! No me dejes solo/a en mis luchas.
• “El pecado acecha a la puerta de tu casa para someterte”. Bien
lo sé, Señor. Con demasiada frecuencia siento que está a mi puer-
ta, como un ladrón avezado. Y tengo tanto miedo, porque reco-
nozco que soy débil. ¡Ayúdame, Jesús!
• “Sin embargo tú puedes dominarlo”. Cuando la lucha ha sido
fuerte, es más dulce la victoria. Ponte junto a mí, Señor, sobre
todo en los momentos difíciles. Sé tú mi defensor.
• “Si obras bien, andarás con la cabeza levantada”. Es verdad
que cuando le gano al mal, siento que todo mi ser joven se forta-
lece desde dentro. Quiero vivir siempre así, Jesús: siguiéndote a ti.
• Contigo, avanzaré con más seguridad hacia la madurez.
6. PROYECCIÓN
• Durante esta semana aprende a “examinar tu conciencia”: antes
de dormir, te detienes y revisas cómo has vivido el día:
Qué oportunidades de hacer el bien has tenido, cómo las has
aprovechado.
En qué momentos tuviste que elegir entre lo bueno y lo malo;
qué decidiste.
Toma conciencia de cómo te has sentido, qué te ha quedado
luego de una acción buena, y qué luego de obrar mal…
Ofrece al Señor lo bueno que pudiste hacer y pide perdòn por
lo malo.
114