Page 120 - Libro Catecumeno
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5. PLEGARIA Oramos a partir del hijo menor:
• “Dame la parte de herencia que me toca”. Señor y
Padre mío, reconozco que todo es “herencia” tuya: la
vida, mis cualidades, la salud, las oportunidades.
Perdóname por el atrevimiento de usarlo para el mal.
• “Reunió todo y emigró a un país lejano, donde de-
rrochó su fortuna en una vida desordenada”. Señor y
Padre mío, bien conozco ese camino “hacia un país
lejano”, lejos de ti, donde de diversas maneras he de-
rrochado tus dones.
Perdóname. Toca mi corazón para que pueda reco-
nocer el daño que me hago.
• “Cuando gastó todo, empezó a pasar necesidad. Se
puso al servicio de un hacendado del país, que lo envió
a sus campos a cuidar cerdos”. Señor y Padre mío,
bien conozco la humillación y el remordimiento, cada
vez que hago lo que no te agrada.
Perdóname. Que el remordimiento se convierta en
confianza en tu bondad y misericordia.
6. PROYECCIÓN
Continúa el aprendizaje de “examinar tu conciencia”. En particular:
• Ofrece al Señor lo bueno que pudiste hacer…
• Reconoce delante del Señor la falla o el pecado al que hoy te
dejaste llevar. Reconoce tu fragilidad, pide perdón con confianza.
7. PARA RECORDAR
• El pecado es una palabra, un acto o un deseo contrarios a la
ley divina. Es una ofensa a Dios, nuestro Padre. 1
• El pecado es contrario a la razón. Lesiona la naturaleza del
hombre y atenta contra la solidaridad humana. La raíz de todo
pecado está en el corazón del hombre. 2
1 Cf. CEC, 1871
2 CEC, 1872-1873.
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