Page 118 - Libro Catecumeno
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Analizar la situación previa por los datos que ofrece la parábola: personajes,
ambiente. ¿Ese hombre era pobre? ¿Cuál era la situación de esos dos hijos?
Notar las consecuencias inmediatas: qué hace ese hijo menor, a qué se dedica.
Cuáles son las consecuencias finales: cómo termina ese muchacho, a qué se
dedica.
3. LA PALABRA NOS ILUMINA
Acerquémonos por partes a esta parábola:
• LA FAMILIA - EL PADRE. No se habla de la mamá; toda la aten-
ción está puesta en el papá. Pero notamos que es un padre muy
especial: “una madre”.
Se nota que era una familia rica, con capitales. Notamos que los
hijos tenían cada uno su problema.
Llama la atención que el papá acepta el pedido del hijo menor y le
da el dinero; respeta su libertad y no le impide irse de la casa.
• EL HIJO MENOR. Notemos cómo lo
pinta el evangelista Lucas:
- Es un muchacho exigente con su pa-
dre: ‘dame’,
- Se nota que es egoísta: ‘reunió todo’,
‘se marchó’
- Irreflexivo, derrochador: ‘despilfarró
todo de mala manera’.
- Se rebaja: ‘cuida cerdos y come algarrobas’.
- Es calculador en su regreso: el hambre lo hace volver, para ser
peón en la hacienda del padre.
4. PROFUNDIZAMOS
Jesús no cuenta una historieta: está pintando las maneras cómo las
personas nos equivocamos, y también cómo podemos salir. Pinta el
‘pecado’ y el ‘arrepentimiento’. Hay que entrar en esta parábola y ubicarnos:
• “Un hombre tenía dos hijos”. Cada hijo es un símbolo: El hijo
mayor es el tipo ‘cumplidor’, trabajador y responsable, pero frío
y calculador. El menor es claramente ‘alocado’.
¿Dónde me ubico yo? ¿a cuál de los hijos me parezco más?
• “Dame la parte de herencia que me toca”. La herencia se recibe
después de la muerte; era impensable que un hijo se atreviera a
pedirla por adelantado.
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