Page 202 - Libro Catecumeno
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                    c. Liturgia de la PALABRA
                    c. Liturgia de la
                                      ALABRA
                    Tenemos un amplio y bien
                  nutrido “menú” de textos bíblicos.
                    Los domingos se nos ofrece:

                  a. a.  Una lectura del Antiguo Testa-
                     mento,
                  b. b.  Un pasaje del Nuevo Testamen-
                     to (Cartas de Pablo).
                  c. c.  EVANGELIO. Es lo central: Jesús mismo habla a su comunidad.
                  •   Homilía: el sacerdote comenta los textos, aplicándolos a la vida.
                  •   Credo: la asamblea ratifica su fe.
                  •   Oraciones de la comunidad. Como respuesta, la comunidad presenta sus ne-
                     cesidades y pide a Dios la gracia de vivir la Palabra recibida.
                    d. Liturgia EUCARÍSTICA
                               EUCARÍSTICA
                    d. Liturgia
                  a.  Presentación de ofrendas. Se llevan al altar los dones de pan y
                     vino, simbolizando los frutos
                     del trabajo y la vida. También se
                     ofrece algo para los hermanos
                     más pobres o para el servicio de
                     la comunidad: es ‘la colecta’; de-
                     biéramos ser más solidarios.
                  b.  PLEGARIA EUCARÍSTICA. Son
                     bellas oraciones, resumen de
                     la historia de salvación y de la
                     Cena de Jesús.
                  c.  CONSAGRACIÓN DEL PAN, en memoria de las palabras de Je-
                     sús, en las manos del sacerdote se realiza el milagro de la ‘tran-
                     sustanciación’: el pan es ahora el Cuerpo de Cristo,
                  d.  CONSAGRACIÓN DEL VINO, igualmente con el vino, que es
                     ahora la Sangre de Cristo. ¡Cristo Resucitado, todo él, presente
                     en nuestro altar!
                    Nuestros sentidos seguirán mirando pan y vino. Pero, atención:
                  ¡Ahí está Jesús, realmente presente entre los suyos!
                    Aclamación: Respondemos proclamando nuestra fe: “Anunciamos tu muerte,
                     proclamamos tu resurrección; ¡Ven, Señor Jesús!”.
                    El gran “AMÉN”: culmina con el ofrecimiento no ya de pan y vino, sino de Cristo
                     mismo, para gloria del Padre.






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