Page 32 - Libro Catecumeno
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edad Jesús: qué bueno saber que tú has vivido mi/nuestra
experiencia de adolescentes. No habrás tenido los aparatos
de ahora, pero la conciencia de estar creciendo, de no ser
ya niño… igual.
“Se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran”.
También yo tengo muchas ganas de hacer distinto, lo que
quiero, sin consultar. A veces me paso y hago sufrir…
“Lo encontraron en el templo, sentado en medio de los
Maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles pregun-
tas”. Yo también en el fondo de mi corazón busco “las cosas
de Dios”, pero no siempre lo hago notar, no lo dejo aflorar…
“¿No sabían que yo debo estar en los asuntos de mi Pa-
dre?” Te admiro que tan chico (sólo doce años), ya tenías
bien claro qué querías. Ayúdame a descubrir mi vocación:
qué estudiar, qué tipo de persona ser…
“Regresó con ellos, fue a Nazaret y siguió bajo
su autoridad”. Se te pasó la re-
beldía y volviste normalmente
con tus papás; quizás ya no fue
como antes: A mí por momentos
me cuesta depender de mis pa-
dres: a veces me rebelo … ¡ayú-
dame a encontrar una relación
serena con mis padres! ¡ayúdalos
también a ellos!
“Jesús aprendía, y crecía en estatura y en gracia delante de
Dios y de los hombres”. Aprendías, crecías, madurabas…
Yo también lo quisiera, tú lo sabes, Jesús. Pero no siempre
sé cómo. Ven, sé tú mi amigo y compañero.
6. PROYECCIÓN
Converso con mis padres o quienes hacen sus veces: leemos
juntos este pasaje del evangelio y luego dialogamos:
a. ¿Qué me hubieran hecho si yo me portaba como Jesús, esa vez
que se perdió?
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