Page 49 - historia de españa
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INTRODUCCIÓN.
                   Durante el reinado de Isabel II (1833-1868) se desarrolló en España, al igual que en gran

            parte de Europa, el proceso de construcción del Estado liberal, ya esbozado por las Cortes de

            Cádiz. Durante este periodo de tiempo se destruyeron definitivamente las estructuras políticas,

            económicas y sociales del Antiguo Régimen.
                   Pero una serie de problemas  dificultaron la consolidación del  sistema político liberal

            parlamentario verdaderamente representativo, tal como hoy lo conocemos. Podemos dividir el

            reinado de Isabel II en tres grandes períodos (durante su minoría de edad hubo dos regencias que

            reinaron en su nombre):
            – La regencia de María Cristina (1833-1840).

            – La regencia de Espartero (1840-1843)

            – El reinado de Isabel II propiamente dicho (1843-1868).

            DESARROLLO
            - Regencia de Mª Cristina.

                   A la muerte del rey en 1833, su viuda se encargó de la regencia hasta que Isabel II alcanzase

            la mayoría de edad. Los liberales la ayudaron a defenderse del pretendiente Carlos María Isidro,

            apoyado por  los  sectores más  absolutistas  e  intransigentes. Estos últimos,  no aceptando el
            testamento del rey, se alzan en armas contra Isabel.

                   Se enfrentaron dos formas de concebir el Estado, el gobierno y la sociedad, con el pretexto

            de una guerra de sucesión dinástica. La ideología carlista se fundamentaba en el absolutismo

            monárquico, la intransigencia religiosa y la defensa de los fueros y del régimen tradicional de
            propiedad de la tierra. Contó con el apoyo de aquellos sectores que se oponían a la política liberal:

            el clero conservador, la pequeña nobleza, la clase campesina de la zona vasca, de Navarra, de

            Valencia, de Cataluña y del bajo Aragón y los artesanos de las pequeñas ciudades de estas zonas.

                   El pretendiente, que se hacía llamar Carlos V, no consiguió convencer a las clases ilustradas,
            ni a la burguesía y el proletariado urbano, que se alistaron en las milicias locales, defensoras de la

            reina regente. Entre 1833 y 1876 el conflicto se manifestaría a través de tres guerras civiles. Los

            acontecimientos de la primera guerra carlista son los más destacables y los que más se alargan en
            el tiempo, durando 7 años. La guerra tuvo su principal escenario el País Vasco y Navarra. Perdieron

            su vida casi 200.000 personas, cuando el país rondaba los trece millones de habitantes. La toma de

            las capitales del País Vasco era la obsesión de los líderes carlistas, de ahí el sitio de Bilbao.
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