Page 45 - historia de españa
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de Castilla, Indias, Inquisición, al igual que los privilegios feudales; y las propiedades
desamortizadas volvieron a sus antiguos dueños (nobles e Iglesia).
Si desde el punto de vista político, las medidas adoptadas por Fernando VII supusieron un
gran retroceso, desde el punto de vista económico, la situación no era mejor. La Guerra de
Independencia significó la ruina de la agricultura y la destrucción y el desmantelamiento de la
escasa industria nacional. La situación se agravó por las luchas de las colonias americanas por su
independencia, lo que significó a la larga la pérdida de un importante mercado y una fuente de
ingresos para la Hacienda.
Los sectores liberales, perseguidos e incapaces de encauzar sus reivindicaciones políticas
por vías legales, se apoyaron en el ejército para alcanzar el poder.
- El Trienio Liberal (1820 – 1823)
La sublevación del coronel Riego en Cabezas de San Juan, al frente de un ejército que tenía
que embarcar hacia América para contener el movimiento independentista, inaugura un nuevo
periodo donde los liberales pusieron en marcha una política que recuperaba parte de la obra de las
Cortes de Cádiz:
En materia religiosa: Supresión de la Compañía de Jesús y de la Inquisición, supresión del diezmo,
desamortización de los bienes de la Inquisición y de órdenes religiosas extintas.
En materia económica: Supresión de mayorazgos y señoríos, obligando a los propietarios que
recibiesen rentas de sus tierras a presentar documentos de propiedad originales. La reforma fiscal
orientada a establecer una contribución única.
En materia política: Se recupera la legislación contenida en la Constitución de 1812 que
garantizaba los derechos y las libertades de los ciudadanos y la libertad de imprenta. Fernando VII,
que finalmente juró la Constitución, conspiró de forma continuada contra los gabinetes liberales,
apoyó a las fuerzas absolutistas (que en Cataluña llegaron a formar la Regencia de Urgel) y
mantuvo conversaciones secretas con las potencias de la Santa Alianza (1815, formada por Prusia,
Austria y Rusia) para conseguir una intervención militar que le devolviese el poder absoluto.
A la falta de apoyo social dentro del país, se unieron las suspicacias y el rechazo que
generaba el gobierno liberal entre las potencias absolutistas europeas, dado que el triunfo de la
revolución liberal de 1820 en España alentó otros movimientos liberales en Europa (Nápoles,
Sicilia, Piamonte, Portugal…) y ponía en peligro la Restauración del absolutismo. Las potencias
absolutistas, reunidas en el Congreso de Verona (1822), decidieron enviar un ejército que acabara