Page 50 - historia de españa
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El asedio de la villa, realizado en contra de la opinión de Zumalacárregui (el general carlista
más destacado), que hubiera preferido lanzar una campaña hacia Madrid, terminó en un fracaso y
se cobró la vida del legendario militar. En diciembre de 1836, después de la batalla de Luchana, el
general Espartero, líder liberal, levantó el sitio de Bilbao, en cuya operación los liberales tuvieron la
eficaz ayuda de la marina británica.
La crisis interna del carlismo, con enfrentamientos entre castellanos y navarros, la fatiga de
la tropa y los civiles allanaba el camino hacia el final de la guerra, que se hizo inminente cuando
Maroto, jefe supremo del ejército carlista, mandó fusilar a los generales contrarios al acuerdo de
paz. Las conversaciones secretas de Maroto con Espartero culminaron en el Convenio de Vergara,
de 1839, que preparó el término de la contienda. El general liberal se comprometía a recomendar
al Gobierno el mantenimiento de los fueros vascos, mientras que los pactistas de Maroto, con sus
pagas y ascensos asegurados, reconocían a Isabel II como reina.
Se inicia la implantación del régimen liberal. A nivel político, la regencia de Mª Cristina de
Borbón distingue dos periodos. En el primero, suben al poder los liberales moderados de Martínez
de la Rosa, que elabora el Estatuto Real, es decir, una Constitución incompleta que no regulaba los
poderes del rey ni del gobierno, ni recogía declaración alguna de derechos del individuo. La
desastrosa situación económica provocó sublevaciones de las milicias urbanas, que exigían una
ampliación de las libertades políticas y del sufragio.
En 1836, una revuelta contra la regente obligó a Mª Cristina a entregar el gobierno a los
liberales progresistas José Mª Calatrava y Mendizábal. Se redactó una nueva carta magna: la
Constitución de 1837. Con este marco constitucional se promulgaron algunas leyes como la
supresión de la obligación de pagar diezmos a la Iglesia, la eliminación de las aduanas interiores, la
supresión de los gremios para fortalecer el crecimiento de la industria y la desamortización de
1836.
Finalizada la guerra carlista, un gobierno dirigido por el liberal moderado Pérez de Castro
intentó limitar las reformas y la participación de las clases medias urbanas, promulgando una Ley
de Ayuntamientos que suprimía el derecho de los ciudadanos a elegir a sus alcaldes, que pasaban
a ser de nombramiento gubernativo. Hubo nuevas sublevaciones populares y Mª Cristina se vio
obligada a renunciar a la regencia.
Regencia de Espartero (1841-1843)
Después de la renuncia de Mª Cristina, las Cortes eligieron como regente al general