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La otra orilla
PUDO ser otra mujer más sin voz
rodeada de omisiones
olvidada de sí misma
pero marcó su huella
despidiéndose del horror
entre pinceladas de sangre
levantó su voz
rescatándose
mientras
tan cerca
tan sola
una mariposa
se posa en su mano
en la noche
el mar besa la playa
con el salino aroma
de la libertad
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