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La otra orilla

Víctor Guillén

Del libro Una hoguera bajo el agua

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No entres
no deberías entrar
ahí duerme la muerte
su hora de siesta
hoy día domingo en que estás
llegando
entre centenarios olivos
y en todo lo que va del camino
no ha cantado ni un solo pájaro
tal vez porque los días domingo
se impregnan de melancolía
o quizá porque hoy tus oídos
se cierran a todo sonido exterior
si bulles de esa interioridad
extrema y convulsa
revelación de lo negado
o de alguna incuestionable verdad
que te aliente a pensar que aún
sigues siendo el mismo:
el de los días domingo
si no cómo es que se tiñen de melancolía
y de una descendente soledad el día
porque hoy todo es una torre derruida 93
de latidos
por eso cuando llegues no entres
no deberías entrar
más bien haz lo posible por saber
que los olivos son naturalmente retorcidos
y que los pájaros roban aire al cielo
y que el día domingo fue el día
en que Dios descansó
de su vasta creación
acaso no sería mejor así
es decir que emerjas desde el fondo
de tu ser en que andas sumido
¡ah!
si pudieras ser tú en todos los olivos
que vas dejando atrás
en el silencio de los pájaros