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TIK TOK , CUERPO Y MUJER
Las pequeñas de ahora están influidas de forma poderosa por un ambiente
donde cada vez existe una mayor presión por la imagen. Cuando
contemplamos la moda en las tiendas de ropa infantil percibimos un
componente seductor inapropiado para niñas de corta edad.
Los especialistas en el mundo emocional tenemos claro que quemar etapas
impide un desarrollo afectivo sano. Pienso en el fenómeno TikTok. Recuerdo
hace unos años, pocas semanas después del lanzamiento de la aplicación, una
anécdota divertida. Estaba en la cola del supermercado y una niña de unos
ocho años se puso a mover los brazos y el cuerpo mientras su madre pagaba
en caja. Pensé que tenía algún problema neurológico, lo que en medicina se
denomina discinesia. Un par de días después, al visitar a una buena amiga, me
encontré a su hija en la puerta con movimientos similares. Extrañada le
pregunté si estaba bien, y me dijo que era su baile de TikTok. Y como en
tantos fenómenos, indagué sobre el tema.
Me impresiona no tanto por lo que es en sí —¡bailar me encanta!—, sino
porque se está volviendo demasiado frecuente ver a niñas y preadolescentes
bailoteando de manera descaradamente sensual ante una cámara.
En uno de mis viajes a Colombia me quedé preocupada al escuchar en un
colegio a niñas de unos doce años cantar algunas canciones de reguetón del
momento, que degradan a la mujer en el acto sexual. Este es un tipo de música
en el que se emplean rimas sencillas de recordar cuya letra repiten sin ser
conscientes de lo que dice. Las melodías están llenas de expresiones y pa‐
labras de contenido erótico, sexual y agresivo. Difundir esas canciones, a
veces en niñas muy jóvenes, me parece un riesgo enorme.
El sexo como se transmite en esas letras se enfoca en el sexo genital, sin
amor, por puro placer y egoísta. El baile que lo acompaña no ayuda tampoco.
La mujer es descrita de modo degradante como un objeto sexual. Te sugiero
que busques alguna de las letras para entender a lo que me refiero.
En 2009, en la Universidad de Pittsburgh, se realizó un estudio con más de
setecientos adolescentes de entre trece y dieciocho años donde se les
preguntaba sobre su vida sexual. Los resultados fueron publicados en la
revista American Journal of Preventive Medicine . Se observó que aquellos
que seguían las letras y los bailes con alto contenido explícito sexual tenían
más probabilidad de tener relaciones sexuales en edad temprana.