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obstante, esfuerzo: tiempo, constancia, voluntad y paciencia. Decidir querer a
alguien conlleva, en ocasiones, sanar nuestras heridas emocionales porque,
como dice mi padre, «para estar bien con alguien, hace primero falta estar
bien con uno mismo».
AMOR, TRATO Y TIEMPO VAN DE LA MANO
En el ser humano se une lo físico, lo psicológico y lo espiritual. Por mucho
que intentemos separar lo primero de lo segundo es complicado, ya que el
cuerpo genera un impacto en la mente y la mente influye de manera decisiva
en el organismo.
E L CASO DE A LEJANDRO
Alejandro lleva casado seis años con Victoria. Se conocieron en un máster en Barcelona y una noche,
tras salir y beber mucho alcohol, acabaron en la cama. Estuvieron con una relación abierta durante los
primeros meses, viéndose de vez en cuando tras las clases, pero sin mantener compromiso alguno. Al
cabo de un tiempo Victoria se dio cuenta de que estaba embarazada. Después de hablarlo decidieron
irse a vivir juntos, y, tras el nacimiento del bebé, se casaron y comenzaron una vida en familia.
Cuando Alejandro acude a consulta refiere haber perdido la ilusión y la
atracción por su mujer. Le aburre tener sexo con ella y se están distanciando.
Acude a consulta porque quiere recuperar su matrimonio, desea tener una
relación estable y disminuir la necesidad de novedad constante, pues nunca ha
sido fiel a una pareja y siempre ha necesitado experimentar cosas nuevas en
la cama. Le explico que existen tres tipos de relaciones sexuales con alguien:
sexo con amor, sin amor y sexo con amor comprometido.
El sexo sin amor es fácil captarlo. El sexo con amor —me refiero
especialmente a los meses de enamoramiento o donde la relación está
consolidándose— suele funcionar muy bien y ser motivo de gran alegría y
plenitud para la pareja. El sexo con amor comprometido se da cuando la
pareja ya lleva años junta y han comenzado a nacer los hijos. El mundo sexual
aquí suele cambiar. La libido puede estar disminuida, uno pasa noches sin
dormir por los pequeños, el trabajo, los problemas del día a día abundan y la
consecuencia deriva en que se descuida la vida íntima. ¡Pero es un factor
clave! Las parejas que no cuidan su mundo sexual se deterioran. Una pareja
«sin oxitocina» corre el riesgo de romperse. Y al revés, aquellas que intentan