Page 147 - Encuentra tu persona vitamina
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Cada relación sexual es un mundo en el que los ingredientes cambian. A
veces tiene mucho de pasión y de físico y en cambio en otras priman el amor
y el sentimiento. El sexo por puro placer —sin compromiso ni amor—
conlleva una gratificación instantánea, un chispazo de dopamina donde
evitamos generar un vínculo y usamos a la otra persona como un objeto de
diversión. El al cohol suele estar en la base de muchos de estos
comportamientos, ya que «ayuda» a no pensar y potencia el disfrute con la
mayor intensidad posible.
El amor de verdad, sin embargo, no es algo rápido, fugaz ni instantáneo.
Enamorarse conlleva un riesgo. Te conviertes en alguien vulnerable. El que
busca solo sexo no se expone, no arriesga su corazón. Se cierra a enamorarse
y a sentir desde su parte más afectiva. En el sexo hay otras debilidades y
otros riesgos, pero de diferente naturaleza.
La persona que no quiere enamorarse va con una coraza por la vida.
¡Cuántas veces me he dado cuenta al escuchar una historia de que existe un
muro que bloquea el enamorarse! Es importante detectarlo cuando conocemos
a alguien para que no se confundan los sentimientos y evitar padecer
innecesariamente.
La sexualidad puede ser causa de gran placer y felicidad, pero también
motivo de enorme sufrimiento. En terapia he escuchado historias donde la
corporalidad de las relaciones es una razón de bloqueo, de angustia y de
trauma. Hay heridas, dolor, rabia, rencor, ansiedad o miedo. Dedico en
consulta un rato para tratar de los temas sexuales. La vida íntima nunca deja
indiferente: bien nos gusta, nos disgusta, nos perturba; bien nos genera
vértigo, nos recuerda algún dolor o la tenemos «aparcada» por alguna razón.
Micaela Menárguez es doctora en Farmacia y ha escrito un libro, Solo
quiero que me quieran, donde cuenta sus experiencias como docente en la
universidad al hablar de cuestiones relacionadas con la fecundidad, las
enfermedades de transmisión sexual y las parejas en jóvenes de hoy en día.
Algunos de los comentarios que cita de la razón por la cual estos mantienen
relaciones sexuales son muy similares a los que yo escucho en consulta
—«para destacar en el grupo por acostarme con la más guapa», «necesito a
alguien que me quiera», «por curiosidad», «por sentirme deseada», «por
sentirme valorada», «como subidón de autoestima», «porque me gusta poder
contarlo a mis amigos»…—. Las razones son múltiples, pero frecuentemente
se da un problema de base sentirse abrazado.