Page 164 - Encuentra tu persona vitamina
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hacia  una  visión  simplista  y  cosificada  del  sexo  contrario  que  nos  puede
                alejar de las personas reales más cercanas.

                   El porno distorsiona la realidad, haciendo creer al que lo ve que sucederán
                situaciones altamente improbables. Transmiten una idea de que la mujer está
                siempre deseando tener sexo —y en muchas ocasiones, salvaje—. Confunden
                sobre cómo es el funcionamiento de una mujer, sus tiempos de excitación y lo
                que en realidad le gusta.

                   ¿Y qué pasa con las mujeres? Las cifras en ellas también han aumentado
                considerablemente. Muchas chicas me han reconocido que ven porno porque
                les gusta, pero sobre todo porque les aporta ideas sobre cómo gustar a un
                hombre.  Aprenden  a  posar,  a  moverse  y  a  seducir.  ¡Existe  un  deseo

                irrefrenable de ser una experta en todos los ámbitos!
                   Durante  el  tiempo  que  ayudé  a  Marisa  me  preguntó  a  menudo  con
                preocupación sobre los jóvenes que trato con problemas de adicción. Le he
                hablado del perfil de muchos de los que están enganchados —unos más, otros
                menos—  y  de  las  consecuencias  que  ello  tiene  en  el  cerebro  y  en  el

                comportamiento.  Se  ofreció  voluntaria  a  hablar  con  alguno  de  ellos  si  lo
                deseaban. Así fue como un día le presenté a Carlos, un paciente que dejó la
                carrera tras engancharse al porno con veinte años. Perdió a su novia, a sus
                amigos y acabó en terapia conmigo. Conocer a Marisa y ver a una mujer de la

                pantalla, del sexo online, en la vida real, escuchar su historia, ha significado
                un punto de inflexión en mi vida. Me estremece pensar en la tristeza y las
                vidas  rotas  que  suele  haber  en  las  personas  reales  detrás  de  la  fachada
                placentera  de  la  pornografía  o  la  prostitución.  También  sufro,  en  el  lado
                contrario,  con  los  terribles  efectos  de  la  pornografía  y  la  prostitución  en

                quienes las consumen. En general se trata de un mundo oscuro, sin ley, una
                selva en la que quienes se están lucrando no sienten ni un ápice de compasión
                hacia las depresiones, adicciones y vidas rotas que están provocando entre
                sus usuarios.

                   El  sexo  es  algo  maravilloso,  pero  mal  orientado  se  vuelve  como  un
                búmeran contra ti y puede destruirte. ¿Y qué pasa si el placer, el sexo y el
                amor  confluyen?  ¿Podemos  potenciar  que  esto  suceda?  Claro  que  sí.
                Entramos en el fascinante mundo del amor.
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