Page 186 - Encuentra tu persona vitamina
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tranquila —«Te vas a quedar sola siempre», «no sabes elegir», «no me gusta la vida que me ha tocado
vivir»—.
Al darse cuenta de que estos pensamientos iban a más, solicitó ayuda.
Durante las primeras sesiones trabajamos su sintomatología depresiva, pero
en cuanto empezó a encontrarse mejor, fuimos avanzando en su personalidad y
en su biografía. Berta nunca había sabido elegir bien la pareja. No tenía claro
qué buscaba y a poco que conociera a alguien simpático, empezaba a tontear
y a salir con él. Entendimos juntas su infancia, su manera de relacionarse con
los hombres y las heridas no bien cicatrizadas de su juventud.
Un día le hablé del sistema reticular activador ascendente e hicimos su
pirámide. Fuimos analizando su manera de ser y elegimos, en primer lugar, lo
que serían sus tres criterios (básicos): aventurero, sentido del humor y
familiar.
Le dije que estuviera atenta, que activara su SRAA durante las siguientes
semanas y que me fuera contando. Sucedió una anécdota muy divertida tras la
terapia. Berta acababa de salir de mi consulta y se había marchado a la
estación para regresar a su ciudad. Al rato, mi secretaria me avisó de que me
llamaba urgentemente para hablar conmigo. Me puse al teléfono y me contó
sorprendida y nerviosa que le había tocado de compañero en el tren un chico,
de más o menos su edad, que iba trabajando con el ordenador preparando una
presentación en PowerPoint donde se podía leer: «Aventuras en Birmania,
experiencias inolvidables» y fotos adjuntas. En otras diapositivas aparecían
fotos de él subido a un elefante, bajando por un río haciendo rafting …
¡Tenía uno de sus criterios I de la pirámide! No sabía qué hacer, así que traté
de calmarla y le dije que intentara comenzar una conversación pausada con él
para ver qué sucedía.
Semanas más tarde, cuando volví a verla, me comentó que tras colgar el
teléfono se atrevió a preguntarle por las fotos. Él le contestó que trabajaba
para una agencia de viajes y que se encargaba de probar hoteles y
experiencias en diferentes lugares del mundo. El corazón le empezó a latir y
al fijarse más en él le resultó muy atractivo. No sabía si tenía que ver con lo
que le estaba contando, pero le encantó. Le preguntó, además, si su pareja le
acompañaba en los viajes y él le dijo que estaba solo y que nadie aguantaba
su ritmo de vida. ¡El sistema reticular de Berta había funcionado! Hoy forman
una pareja estable y están esperando un bebé.