Page 190 - Encuentra tu persona vitamina
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más. Por otro lado, reconocía que era un hombre muy bueno, un regalo; sin
embargo, no sabía gestionarlo, le costaba abrirse y contarle cómo se sentía.
Él estaba desconcertado.
Sofía estaba boicoteando su relación, pero la realidad es que tenía temor a
comprometerse, a sentir, a enamorarse y en su cabeza su voz interior le
repetía constantemente que no quería una pareja. Por otra parte, tenía miedo a
que él se cansase y la dejara.
Le sugerí que viniera a consulta con él en la siguiente sesión y semanas
después acudió junto a Antonio. Su novio resultó ser un chico excepcional. Le
expliqué de forma sencilla y delicada que Sofía había sufrido mucho la
relación y el divorcio de sus padres y eso le había dejado una herida cuya
consecuencia era que le costaba recibir afecto y, por ello, salía corriendo
cuando percibía gran intensidad de cariño. Ella cuidaba siempre, pero nunca
fue cuidada. En sus cimientos emocionales nunca se había dado el haber sido
atendida de forma incondicional y, por tanto, no sabía gestionar una relación
donde Antonio le prodigaba tantas atenciones.
Antonio escuchó atentamente y me dijo que agradecía mis palabras porque
estaba un poco confundido. Hasta hablar conmigo, había dudado si dejarla,
darle un tiempo para aclarar sus ideas o, al revés, seguir tratándola como
hasta ahora esperando a que se desbloqueara.
Llevan dos años saliendo. Sofía ha ido sanando sus heridas y hoy es capaz
de disfrutar de la relación y de pensar en formar una familia con Antonio.
3. SENTIR QUE NO MERECEMOS QUE NOS QUIERAN
He escuchado en varias ocasiones la frase de «¡no merezco que me quieran
tanto!», y he de reconocer que las primeras veces me sorprendía, ya que creo
que todos somos merecedores de un amor incondicional y de recibir felices
las muestras de afecto, pero la realidad es que hay momentos donde no nos
sentimos dignos de recibir tanto cariño.
Cuando transmitimos esto en los primeros compases de una relación se
genera cierta tensión, pues lo que se traduce de ese comportamiento es una
enorme inseguridad. Nos castigamos y no nos permitimos disfrutar de lo
bueno que nos está sucediendo.