Page 4 - Palabras en libertad
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La Tormenta
Estábamos en una cabaña en San Luis, mi familia y yo habíamos decidido venir a
disfrutar lo que sería las últimas dos semanas de Enero. Era una noche digna de
película de terror, una tormenta estaba sobre el complejo donde nos hospedamos
con relámpagos y una lluvia agobiante. Mi papá estaba en uno de los silloncitos
individuales viendo un programa sobre la política del país, mi madre en su
habitación viendo unas de sus tantas películas románticas, mientras que mi
hermano y yo en la mesa de la cocina; él tratando de encontrar señal de celular y
yo leyendo uno de mis libros favoritos. Estaba tan sumergida en la historia que me
sobresaltó un gran estruendo en la ventana de donde me encuentro, aunque no fui
la única, ya que en un abrir y cerrar de ojos mis padres estaban en frente de esta
tratando de ver entre la tormenta que fue lo que pudo causar ese tan aterrador
ruido. Como si la situación no fuera ya aterradora de por sí, hubo un apagón. Ya
para ese momento los cuatro estábamos de pie, tensos, mirando fijamente hacia la
ventana y los faroles de las luces. Empecé a rogar y suplicar que la luz volviera, ya
que no era una gran fanática de la obscuridad. Y como si mis imploraciones fueran
escuchadas, volvió. Pero no como lo esperábamos, la luz titilaba tal cual luces de
Navidad, iba y volvía cuando quería en poco menos de unos segundos. Yo ya para
ese momento no podía ni respirar, me sentía encerrada dentro de una situación tan
escalofriante que no me podía mover, estaba pálida y un sudor frio recorrió toda
mi espina dorsal cuando escuche un leve chillido proveniente de las habitaciones
de la planta alta. Todos estábamos asustados, mis padres nos hacían señas a mi
hermano y a mi para que mantengamos la calma, pero eso no obstante no resulto
ya que empezamos a escuchar nuevamente un ruido proveniente de arriba, pero
esta vez eran pasos que se iban acercando hacia la escalera. Eran lentos y
calculadores, como si el que estuviese haciendo eso disfrutara nuestro sufrimiento
hasta tal punto de querer matarnos. Los ruidos de un momento a otro cesaron. La
luz volvió y la televisión volvió a su programación actual, tan solo que ahora