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Invariablemente: “Unos huevos tibios”. El último,
Roberto Pineda, niño muy educado, obediente pero
muy inútil. Los elegidos fueron: “Ponchín y Huevos
tibios”.que al recibir la noticia sus padres nos hicieron
generosas aportaciones.
En la semana siguiente quedo todo listo en la plaza de
toros Merced Gómez. Hermano de mi abuelo, abando-
nada desde hace años atrás, fue el lugar ideal, tenía
grandes bardas que impedían ver lo que sucedía
adentro
conseguimos el permiso del tío Nacho, gordito,
moreno, que lo único que le interesaba era el dominó,
llenos todos los trámites y la materia prima, los planos
y los cálculos matemáticos y físicos, quedaría solo
pendiente: Víveres, agua potable, cerillos, cuchillos,
hacha, un rifle, parque y algunos cacharros para
cocinar, cada tripulante se encargaría de sus cosas
personales.
El siguiente lunes después de comer, en el camión del
tío Alfredo, se transporto todo el equipo, que fue
colocado cuidadosamente en un cuarto en buenas
condiciones, con tablas viejas, un martillo, un serrucho,
clavos y nuestros buenos deseos empezamos los planos
del gran proyecto: “EL PÁJARO AVENTURERO”.
Antes de iniciar se hizo el juramento de que nadie
debería enterarse por ningún motivo ya que se
revelarían nuestros planes.
Después de varias horas de cálculos y opiniones dio