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Manuel, a él le pedimos asesoramiento para el mechón
que le sacamos con mucha astucia.
Juan Luís le preguntó al tío Manuel: “¿Oye, es muy
difícil hacer un quemador como el de tu cocina?”
“No” respondió, “Es la cosa más sencilla del mundo,
solo necesitas un tanque, le mandas hacer las cuerdas
para el quemador y para inyectar aire, hay que tener
cuidado de que no tenga fugas, para evitar accidentes
debe tener 2 partes de combustible y una parte de aire”.
Durante una hora nos dio la información completa,
además de teoría nos mostró como debería encenderse,
la regulación de la flama, la potencia, el costo y hasta
donde se conseguía todo lo necesario.
Ahora investigar en todas las casas de los conocidos y
parientes para conseguir el material para la canastilla
de los cinco tripulantes. Hasta el momento éramos tres,
la selección de los dos restantes sería difícil. Durante
Esa semana visitamos varias casas, conseguimos siete
sabanas, tres cobijas, una colcha y lo más importante
cuatro barandales de latón que la Señora Ocadiz tenía
arrumbados en su sotabanco, teníamos tambien cinco
candidatos. Rogelio hijo de la química, adinerado pero
en su contra tenía pesar mucho y mal carácter.
Ponchín, bonachón y dócil, Billy el hijo de la señora
Katy, dueña de la fabrica de chocolates, atractivo por lo
que podía aportar, pero enclenque y chillón, el cuarto
el “Huevos tibios”, mote que se ganó. Cuando su mamá
le preguntaba: ¿Qué quieres desayunar? El respondía
