Page 83 - LIBRO EN PDF RECUERDOS.wps
P. 83

resistente, con un serrucho, una hacha, y una hachuela

               se rebajaba hasta dejarlo como una tabla gruesa. Luego

               se cortaban dos tramos de 1.90 y dos de .90 metros, se
               ensamblaban, ya armado el rectángulo se le ponía una

               malla de alambre galvanizado, que resistía miles de

               paladas.  Ya terminada se buscaba un buen banco de

               arena, se colocaba con un tirante y el cribador

               empezaba a apalear de una manera especial de modo

               que el material se extendiera, para obtener mejor

               resultado, atrás de la criba caía la arena y enfrente la
               grava, y después de tres o cuatro horas, tenías cuatro

               metros cúbicos de material.

               Copie su técnica y cada ocasión que pasaba por el río,

               cargaba mi camión con arena y graba sin cribar y la

               donaba a alguien.

               En el pueblo había muchas familias que carecían de

               pisos, lavaderos, piletas, banquetas, la escuela tambien
               necesitaba pisos, La  Iglesia iniciaba su construcción.

               Poco a poco con fe, buena voluntad, solidaridad y el

               “Confucio” algunas cosas empezaron a cambiar.

               Cada día mas gente me saludaba, mi cuerpo cambió,

               mis camisas no me quedaban. Un domingo que fui a

               ver a  Chita, la joven costurera del pueblo, me dijo:

               ¡Oye muchacho, que hiciste, que tu cuerpo esta tan

               abrazable!  Te voy a  hacer unas camisas para que te

               chiflen en la calle.
               Este domingo la deuda quedará saldada. Esa mañana

               llegue muy puntual por  Renata, salimos y minutos
   78   79   80   81   82   83   84   85   86   87   88