Page 35 - GUIA EDB-6º PRIMARIA
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INFORMACIÓN PARA EL MAESTRO/A



                     Vivir con           ¿Vivimos con alegría en el corazón?
                      alegría            «Estén siempre alegres. Pues esto es lo que Dios quiere de ustedes» (1Ts 5,16-18).
                                         Son palabras de san Pablo que expresan la voluntad clara del Señor: que vivamos
                                         siempre contentos. ¡Siempre! No solo cuando las cosas nos van bien, sino siempre.
                                         ¿Cumplimos esto? Es el gran testimonio que los creyentes tendríamos que dar en
                                         una época como la nuestra, tan carente de auténtica alegría.
                                         Todos los eslóganes publicitarios nos prometen felicidad. Pero la experiencia nos
                                         dice que ni el consumismo ni las diversiones nos pueden asegurar esa felicidad. Por-
                                         que lo que necesitamos no es una alegría superficial, que viene de fuera, sino aquella
                                         alegría íntima, honda, que viene de dentro de nosotros mismos.
                                         Es la alegría que Jesús nos prometió antes de marcharse de este mundo: «Y nuestra
                                         alegría nadie nos la podrá quitar» (Jn 16, 22). ¡Nadie! Esta alegría el mundo no la puede
                                         dar, porque no tiene la fórmula. Todo lo más, nos ofrece una alegría superficial que
                                         no llena y que, pasados los momentos de evasión, nos vuelve a dejar vacíos y tristes
                                         ante la cruda realidad.
                                         Jesús, en cambio, nos ofrece una alegría serena, mucho más íntima, que llena el co-
                                         razón y que es capaz de subsistir en medio de las dificultades, porque sabemos que
                                         estas no tendrán nunca la última palabra en nuestra vida. Y esto nos da confianza.
                                         Hemos de saber descubrir a los demás nuestro secreto: somos alegres, no porque
                                         no tengamos problemas o porque todo nos vaya bien, sino porque somos hijos de
                                         Dios y confiamos en Él. Somos alegres porque nos sentimos amados por Él y lo ama-
                                         mos, y esto nos ayuda a vivir con una gran paz en el corazón. Somos alegres porque
                                         sabemos descubrir los motivos de alegría que el Señor ha escondido en cualquier
                                         actividad humana realizada con espíritu de fe: en el amor sincero, en el trabajo bien
                                         realizado, en el hecho de compartir con generosidad, en la oración humilde, en la
                                         ayuda desinteresada, en los éxitos y en los fracasos… En todo.
                                         Solo viviendo así tendremos la credibilidad necesaria para difundir la Buena Nueva
                                         de Jesús.


                                         Fuente: Vivir a fondo. Lluís Armengol i Bernils. Ed. Claret, 2003.





























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