Page 5 - 5to Secundaria_Religion-75-90_Neat
P. 5
1.2. La sorpresa de una presencia diferente
Jesús se hace presente a los discípulos que van a Emaús. También en la vida del cristiano, Jesús
se acerca al creyente y se hace presente.
Fíjate que es Él quien:
— Sale al encuentro, se pone a caminar y a dialogar con los dos que van de camino.
— Les escucha atentamente e incluso les pregunta:
¿De qué iban conversando por el camino?
Lc 24, 17
Así pues, la iniciativa de este encuentro es de Jesús, que se les acerca. El relato cuenta algo
que ocurre de forma inesperada y diferente. Nosotros sabemos quién se acerca a los discípulos,
pero ellos no.
Los lectores del Nuevo Testamento de todos los tiempos tenemos una ventaja, sabemos que es
Jesús resucitado. Pero los discípulos de Emaús tienen otra ventaja: ellos estaban allí.
Decimos que la presencia de Jesús es diferente. Si ellos le habían conocido durante su vida
histórica, ¿por qué no le reconocen ahora resucitado?
Lo cierto es que todos los relatos que nos hablan de la Resurrección insisten en la novedad del
Jesús resucitado.
• María Magdalena lo confunde con el jardinero (Jn 20, 15).
• Tomás quiere tocar sus heridas para cerciorarse de que es Él (Jn 20, 25).
• Los discípulos al borde del lago tampoco le reconocen (Jn 21, 4).
• Un encuentro de personas
El fragmento del relato de Emaús que estamos analizando nos
muestra que el punto de partida de la experiencia cristiana del en-
cuentro con Jesús es un encuentro de personas.
El resucitado es el mismo Jesús con quien han convivido, pero
con una presencia nueva.
Esta presencia nueva de Jesús resucitado es una presencia
personal.
— Es el mismo Jesús resucitado quien sale al encuentro de los
discípulos para estar a su lado, para hablar con ellos...
— Es Él quien se acerca de manera tangible, para ser reconocido,
encontrado.
— Es un encuentro verdadero, que busca lo más íntimo y profundo
del ser humano, que quiere penetrar en el interior de cada una
de las personas para llegar a lo más hondo del ser humano, a
lo más auténtico, a lo más real.
Rembrandt, La cena de Emaús.
UM