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Ampliación

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1. El texto que tienes a continuación pertenece a una carta escrita por san Pablo hacia el año 55 d. C. Es el
más antiguo que conservamos en el que se narra la institución de la Eucaristía por Jesús y cómo la celebra-
ban las primeras comunidades, en este caso la de Corinto, en Grecia. Es incluso un poco anterior a la redac-
ción final de los relatos evangélicos sobre el mismo tema. Por eso la Iglesia lo ha tomado como base para fi-
jar las palabras que pronuncia el sacerdote en la Eucaristía.

Al escribirles lo que sigue no puedo felicitarles, pues parece que sus reuniones les hacen daño en vez de hacerles
bien. En primer lugar, se me ha dicho que cuando se reúnen como comunidad hay divisiones entre ustedes, y en
parte lo creo. […] El resultado de esas divisiones es que la cena que toman en sus reuniones no es ya realmente
la Cena del Señor. Porque a la hora de comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y mientras unos se
quedan con hambre, otros hasta se emborrachan. ¿No tiene casas donde comer y beber? ¿Por qué menospre-
cian la Iglesia de Dios y averguenzan a los que no tienen nada? ¿Qué voy a decirles? ¿Podré acaso felicitarles? ¡En
esto no les felicito!
Porque yo recibí del Señor esta enseñanza que les he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue traicio-
nado, tomó pan en sus manos, y después de dar gracias a Dios lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, entregado a
la muerte en favor suyo. Hagan esto en memoria mía.» Así también, después de la cena tomó en sus manos la co-
pa y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre. Cada vez que beban, háganlo en memoria
mía.» De manera que, hasta que venga el Señor, proclamen su muerte cada vez que coman de este pan y beban
de esta copa.
Así pues, cualquiera que come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, comete un pecado contra
el cuerpo y la sangre del Señor. Por tanto, examine cada uno su propia conciencia antes de comer del pan y be-
ber de la copa. Porque el que come y bebe sin considerar que se trata del cuerpo del Señor, para su propio cas-
tigo come y bebe.
1 Cor 11, 17-29

a) ¿Por qué motivo san Pablo les recuerda a los cristianos de Corinto «la enseñanza que les ha transmitido»?
¿Qué ocurría en las reuniones de esa comunidad?
b) Para san Pablo, ¿qué significa comer el pan o beber de la copa del Señor «de manera indigna»?
c) Intenta explicar la relación de fondo que existe entre la celebración de la Eucaristía y la construcción de la
comunidad como verdadera Iglesia de Dios.
d) ¿Qué opinión crees que tendría san Pablo de las celebraciones eucarísticas actuales?

2. El siguiente testimonio que tenemos sobre la institución de la Eucaristía es unos diez años posterior, data de
hacia el 65 d. C. Corresponde al Evangelio de Marcos.

Mientras cenaban, Jesús tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios lo partió y se lo dio a ellos,
diciendo:
—Tomen, esto es mi cuerpo.
Luego tomó en sus manos una copa, y habiendo dado gracias a Dios se la pasó a ellos, y todos bebieron. Les dijo:
—Esta es mi sangre, con la que se confirma el pacto, la cual es derramada en favor de muchos. Les aseguro que
no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba vino nuevo en el Reino de Dios.
Mc 14, 22-25

a) En los dos textos aparece el término pacto (alianza en algunas traducciones). ¿A qué «nuevo pacto» o
«nueva alianza» se refiere Jesús? ¿Con qué se confirma ese pacto? Signos visibles
b) Interpreta la frase final de este texto de Marcos («no volveré a beber…») teniendo en cuenta cuándo la pro-
nuncia Jesús.
5.

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