Page 116 - el_kybalion
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Los instructores hermeticos imparten sus ensenan-
zas concemientes a este punto, pidiendo a sus dis-
cipulos que se atengan al proceso de su propia con
ciencia, a su propio yo. El disci'pulo fija entonces
su atencion internamente sobre el ego que esta en
cada uno de nosotros. Cada estudiante ve que su
propio conciencia le da como primer resultante de
la existencia de su yo: “Y o Soy” . Esto, al princi-
pio, parece ser la palabra final de la conciencia,
pero un examen ulterior desprende el hecho de que
este “yo soy” puede separarse en dos partes dis-
tintas o aspectos que, si bien trabajan al unisono
y en conjuncion, sin embargo pueden ser separa-
das en la conciencia.
Si bien al principio parece que solo existe un
unico Yo, un examen mas cuidadoso revela que
existe un “yo” y un “mi” . Este par mental difie-
re en caracteristicas y naturaleza, y el examen de
esta, asi como de los fenomenos que surgen de la
misma, arroja gran luz sobre muchos de los pro-
blemas de la influencia mental.
Comencemos considerando el “mi”, que general-
mente se confunde con el “yo” , si no se profundi-
za mucho en los recesos de la conciencia. El hom-
bre piensa de si mismo (en su aspecto de “mi” o
“me” ) como si estuviera compuesto por ciertos sen-
timientos, agrados, gustos y disgustos, habitos, Ia-
zos especiales, caracteristicas, etc., todo lo cual for
ma su personalidad, o el ser que conoce el mismo
y los deinas. El hombre sabe que estas emociones
y sentimientos cambian, que nacen y mueren, que
estan sujetos al principio del Ritmo y al de Pola-
ridad, cuyos principios lo llevan de un extremo a
otro. Tambien piensa de si mismo como cierta su-
ma de conocimientos agrupados en su mente, que
forman asi una parte de el. Este es el “mi” o “me”
del hombre.