Page 96 - mago de oz
P. 96
Mas el Leñador no quiso permitírselo.
—Tenemos que darnos prisa y volver al camino
amarillo antes de que oscurezca —recomendó, y
el Espantapájaros estuvo de acuerdo con él.
Siguieron caminando hasta que Dorothy ya no
pudo permanecer de pie. Se le cerraron los ojos
sin que pudiera impedirlo, olvidó todo lo que la
rodeaba y cayó dormida entre las amapolas.
—¿Qué hacemos ahora? —exclamó el Leñador.
—Si la dejamos aquí se morirá —dijo el León—.
El olor de las flores nos está matando a todos. Yo
mismo apenas si puedo mantener los ojos
abiertos, y el perro ya se ha dormido.
Era verdad; Toto había caído junto a su amita.
Pero como el Espantapájaros y el Leñador no
eran de carne y hueso, no se sentían molestos por
el aroma de las flores.
—Echa a correr —dijo el Espantapájaros al
León—. Sal de entre estas flores lo más pronto
95
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx