Page 97 - mago de oz
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que puedas. Nosotros nos llevaremos a la niña,
pero si te duermes tú, no habrá forma de
cargarte, pues eres muy pesado.
Así, pues, el León hizo un esfuerzo por despertar
totalmente y echó a correr a todo lo que daban
sus patas, perdiéndose de vista en pocos
segundos.
—Hagamos una silla con las manos para llevarla
—propuso entonces el Espantapájaros
Sin perder tiempo, recogieron a Toto y lo
pusieron sobre el regazo de Dorothy. Luego
formaron una silla con sus manos y entre ambos
se llevaron a la niña. Marcharon y marcharon sin
que pareciera que la gran alfombra de aquellas
peligrosas flores terminara nunca. Siguieron la
curva del río y al fin encontraron a su amigo
el León que yacía dormido entre las amapolas.
Las flores habían resultado demasiado potentes
para la enorme bestia, la que terminó por
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