Page 242 - Frankenstein
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haberlo destrozado miembro a miembro con la
   misma facilidad que el león despedaza al antí-
   lope. Pero el corazón se me encogió con una
   terrible amargura y me contuve. Vi cómo Félix
   se disponía a golpearme de nuevo, cuando,
   vencido por el dolor y la angustia, abandoné la
   casa y, al amparo de la confusión general, entré
   en el cobertizo sin que me vieran.
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